Ada Parellada es hija, nieta y bisnieta de los Parellada, una familia de restauradores tradicional de Cataluña. Hace más de 250 años que se dedican a cocinar, a servir platos y comidas, por lo que ella se ha criado entre cazuelas y cacerolas, platos y cucharones. Una vida llena del gusto por comer, beber, reír, cocinar y escribir.
Al frente desde hace más de 23 años del restaurante Semproniana en Barcelona, Ada es conocida también por su gran presencia en los medios de comunicación difundiendo los buenos hábitos de alimentación saludable; además imparte talleres de cocina y ha publicado varios libros de recetas.
En 2016 fue la ganadora de la Cruz de Sant Jordi en reconocimiento por su trayectoria en la restauración.
¿Qué fue lo que te marcó para elegir esta profesión?
Haber nacido en una casa de comidas. Ser hija, nieta y biznieta de restauradores. En definitiva, llevar la cocina y la restauración en la sangre. Creo que ésta es una herencia que te facilita mucho la entrada a este mundo tan complejo, sobre todo porque es muy difícil de conciliar con familia y amigos. En casa enseguida lo entienden y la ilusión de la familia hace que las dificultades se transformen en facilidades.
¿Qué es lo que te empuja a ejercer esta profesión cada día?
Cada día. Exactamente ésta es la cuestión, conseguir ilusionarte cada día. Lo que me empuja es el reto de conseguir que lo que hacemos guste a nuestros clientes. El deseo de gustar. El trabajo que hacemos tiene una compensación inmediata, si todo ha salido bien, claro. Y ver de manera tan rápida la reacción de los clientes es, realmente, muy adictivo. Si la comida ha ido bien, quieres continuar, porque es muy placentero. Si la comida no ha ido bien, quieres continuar, para mejorar. La crítica se transforma en un reto.
¿Quiénes son tus referentes en la cocina?
Mi padre, mi madre, mi hermano y mi abuelo, pero también de los cocineros que han cambiado el escenario culinario de nuestro país que, a su vez, han transformado la cocina mundial. Tenemos el privilegio de vivir una revolución culinaria en primera persona. Cocineros, que ya son clásicos, como Ferran Adrià, Joan Roca o Carme Ruscalleda, son maestros a quien debemos venerar.
¿Qué te motivó para comenzar a hacer los talleres de cocina?
Soy muy asertiva y muy curiosa. Cuando me piden algo nuevo, por un lado se me despierta la curiosidad y, por otro lado, me cuesta mucho decir que no. Creo que es una mezcla de querer vivir experiencias nuevas, con el riesgo que suponen y la adrenalina que generan, y de la empatía que establezco con quien me lo pide. Así empecé el primer taller de cocina y, la verdad, es que me siento como pez en el agua. Creo que se me da bien darlos.
¿Para qué tipo de público están dirigidos?
A niños, adolescentes y personas interesadas en la cocina doméstica.
¿Se necesita tener algún conocimiento previo?
¡No!
¿Cuál es tu producto favorito?
Si es para comerlo yo, soy una loca de las vísceras: riñones, hígado, callos, pies, lengua, oreja… ¡Soy muy gore! Si es para cocinar, me encanta hacer arroz. Vuelve a ser el tema de la adrenalina. Me da pánico hacer un mal arroz y, en este país, tenemos buen paladar para este tema. No nos engañan. Por lo que cada vez que cocino un arroz temo que no salga bien. Esta tensión es muy placentera (siempre que salga bien, ¡claro!).
¿Cuál es tu utensilio de cocina indispensable?
¡Un trapo! Jajaja. No puedo cocinar sin un trapo cerca (y en las cocinas profesionales están prohibidos). Para cocinar necesito una sartén antiadherente. Para mí, es indispensable.
¿Un cacharro favorito?
Ahora me he aficionado al cortador de verduras, aquel con el que puedes elaborar zoodles.
Un producto.
Los frutos secos. Tanto para comer como para complementar platos. Me encanta su sabor mediterráneo.
Un truco de cocina.
La piña siempre se debe guardar boca abajo, para que el azúcar de la misma baje a la parte de las hojas.
Si quieres que los huevos duros salgan bien redondos, pon un poco de vinagre en el agua de hervirlos.
¿Tienes prisa y quieres comer patatas hervidas? Cuécelas en el microondas, en cinco minutos las tendrás listas.
Si nos invitas a cenar a tu casa, ¿qué nos cocinarías?
Cualquier cosa que no me tenga encerrada en la cocina, porque si os invito ¡es para estar con vosotros! Haría unas ensaladas bien aliñadas y, después, mi guiso estrella: ¡butifarra con gambas! Un mar y montaña que encanta a todo el mundo y que me permite no tener que hacer nada al momento.
Fotos: Anel González