El aguacate es un fruto ha tomado gran popularidad en los últimos años, debido a la aceptación e internacionalización de la comida latinoamericana por todo el mundo, sobre todo la mexicana. Y a consecuencia de ello, no es de extrañar que los aguacates sean importados en grandes cantidades y que cada vez sean más cultivados en nuestro país. Pero, ¿sabéis que existen algunos aguacate que no tienen hueso?
No se trata de una nueva variedad de aguacate. Sino que es una malformación del fruto que lleva produciéndose desde los inicios del aguacatero. Sucede así, debido a la falta de polinización de la flor del aguacatero. Según los científicos, se produce un aborto de la semilla, que hace que no crezca el hueso.
Aunque llevan produciéndose desde hace muchos años, su comercialización esta extendiéndose ahora debido a la introducción en los supermercados de Reino Unido. Es una manera mucho menos peligrosa de manejar el aguacate, ya que no se produce el llamado “corte de mano de aguacate”, que se crea a la hora de llevar el filo del cuchillo de un golpe hacia el hueso del aguacate para extraerlo del alimento. Este corte sucede cuando el cuchillo en lugar de clavarse en el hueso se resbala hasta llegar a nuestra mano y hacer algunos de los peores cortes que podamos imaginar, ya que pueden llegar a alcanzar algunas zonas un tanto peligrosas.
En el mayor de los casos, este tipo de aguacates se utilizan sobre todo en hostelería, ya que son muy fáciles de manipular. Pero no son los únicos, pues está a la venta al público en superficies como Marks & Spencer.
Su producción es escasa, ya que se trata de una malformación y no puede ser controlada. No se puede saber cuánto va a afectar al aguacatero, puede ser solo un fruto, una rama o el árbol entero.
En cuanto a su aspecto, su corteza es verde y comestible y no marrón y rugosa como el clásico. El color es parecido al de la mantequilla y el sabor muy similar al normal. La longitud es de entre 4 y 8 cm, parecido a la longitud de un dedo.
Esperamos poder encontrarlos pronto en nuestro país, para poder así reducir el trabajo de quitar el hueso y, sobre todo, no someternos al peligro del cuchillo nunca más.
Texto: Elena Olaran
Fotos: Creative Commons