Alfonso Casas, ilustrador y «perdedor de tiempo profesional».
Como amante del arte y del buen comer, Alfonso se une a la propuesta de Reebok Classic y Plateselector para encontrar auténticos «Bares Classic». Lugares donde, además de hincar bien el diente, sean hervideros de ideas, arte y cultura y espacios de promoción artística. Legítimos centros de I+D de la ciudad.
Para rendir homenaje a estos escenarios tan necesarios para la gastronomía, la cultura y los artistas emergentes, Alfonso sortea la alineación de futbolín que diseñó en el Reebok Creative Hub. Puedes llévartela colgando una foto de tu auténtico «Bar Classic» en Instagram con el hashtag #unbarclassic. Si tu bar es seleccionado por Plateselector te llevarás su obra y unas zapatillas GL6000 para seguir descubriendo estos templos de la ciudad.
Un restaurante.
Cuando dibujo o escribo siempre suelo hacerlo basándome en cosas sencillas. No escribo ciencia ficción, no sé nada acerca de universos paralelos y tampoco escribo historias de épocas pasadas que nunca viví. Escribo y dibujo sobre cosas habituales, sobre historias pequeñas, sobre amores minúsculos o sobre amistades que se forjan (o se rompen) en bares. Por eso escojo el Bar Olimpia, porque es un lugar habitual de reunión con mis amigos en el barrio donde vivo. Risas, confidencias y pequeñas historias que son las que verdaderamente me inspiran. Un lugar para estar a gusto con tu gente, tomar algo y disfrutar de vez en cuando de alguna nueva exposición en sus paredes.
Un producto.
El helado. Da igual que sea 30 de enero que 15 de agosto, no hay nada que me guste más que el helado.
Un plato.
Aunque soy un entusiasta de la comida japonesa, mi plato favorito son los huevos estrellados con jamón. En segundo lugar, el tartar de salmón.
Un trago.
El café.
Si me invitas a tu casa ¿qué cocinarías?
Tengo que confesar que NO sé cocinar. Ni siquiera tengo un plato estrella que me salga siempre bien: soy de esos a los que las tortillas se le convierten en huevos revueltos y se le queman los sándwiches. Recientemente me han enseñado a hacer lentejas y no me salen del todo mal, aunque si vinieras a cenar a mi casa, definitivamente dejaría el tema en manos de profesionales.
Fotos Bar: Mahala Marcet.