Amares, tapas e peixes

Tradicionalmente, los restaurantes eran pequeños negocios familiares y esto todavía sigue pasando con frecuencia, como en el caso de «Amares, tapas e peixes», un exponente en Vigo de la cocina gallega relacionada con el producto atlántico como pescados y mariscos. Tres generaciones reunidas en un mismo establecimiento, con Milagros en la cocina y su experiencia de toda una vida dedicada a elaborar las recetas de siempre en Galicia y con Mónica Calvar, que aporta su presencia en sala para coordinar cada servicio. Es un placer ver la ilusión con la que se suma la tercera generación, cuatro jóvenes que eligen la digna profesión de hosteleros por auténtica vocación familiar.

El restaurante es muy céntrico, situado entre las clásicas Rosalía de Castro y García Barbón, lo que le hace ser muy socorrido en los momentos de ocio o en las comidas entre horas de trabajo. Cada mañana el trajín empieza al recibir el producto de mercado y lonjas; la carta fija es relativamente corta porque según lo que entre en la cocina se configuran las recomendaciones del día, como debe ser en un restaurante de especialidades. La temática recuerda a la gastronomía clásica de los puertos de mar en Galicia, con las tapas, pescados y guisos que se preparaban tradicionalmente.

En Amares es un gustazo para el cliente sentirse tan bien acogido, ya sea para tomar una o dos tapas con unos vinos a cualquier hora, o meterse un poco más a fondo en materia, y es esa flexibilidad la que hace que adentrarse en el local sea un valor seguro. En cualquier caso será un acierto empezar por unas almejas a la marinera, la empanada casera del día, los calamares encebollados o un pulpo con cachelos. A los que se animen a dar un pasito más se les recomendará algún pescado salvaje al horno con su patata panadera, que podrían ser sargo, lubina, dorada, rodaballo o quizá lenguado. Otras opciones son los guisos como el de coruxo o los arroces de marisco y pescado o de bogavante.

En cuestión de mariscos Amares los recopila desde las lonjas hasta un vivero a la vista donde se mantienen vivos. Es una oportunidad única de darse un caprichito con las cigalas, las centollas, los camarones, las nécoras o los santiaguiños, siempre en función de las temporadas. La bodega, a la altura de la cocina y muy acorde al estilo de cocina por su riqueza en vinos blancos de D.O. gallegas. El restaurante es luminoso y delicado, con una zona de mesas altas ideales para un tapeo y otra de mesas bajas donde también se puede tapear, y la cocina a la vista abre el apetito y recrea una atmósfera única, cercana y familiar.

Plateselector - Local del Restaurante Amares de Vigo