Que Madrid es una ciudad que engancha es algo que no se puede negar. Sus abarrotadas calles llenas de turistas en cualquier época de año lo demuestran, pero también las infinitas actividades y experiencias que uno puede vivir. Bonita por dentro y en las afueras Madrid es emocionante, risueña y sobre todo sabrosa, muy sabrosa. Porque si hay algo que esta ciudad no puede esconder es la amplia variedad de cocinas del mundo que es capaz de ofrecer: Americana, italiana, oriental… son muchas con las que ha sabido encandilar a madrileños y turistas, sin embargo hay una de la que poco se ha podido disfrutar. Hasta hoy.
Delicada, sabrosa y calórica (todo hay que decirlo), la cocina francesa ha llegado a Madrid para quedarse. Y lo ha hecho en forma de brasserie. Pero no de esas que solo llevan el nombre para parecer un poco más chic y glamurosas, no. Esta viene bien cargada de crêpes de mil y un sabores -dulces y salados-, galettes, platos de carne con el pato como gran protagonista, ensaladas la mar de completas y una larga y completa lista de cócteles. Su nombre: Antoinette.
Pensada y creada para sumergir al comensal en una experiencia en la que ver, oír, sentir y degustar la french cuissine más auténtica, Antoinette se presenta como un teatro dividiendo una completísima y repleta carta en primer, segundo y tercer acto.
La representación comienza con los «entrées en matière» (entrantes) donde destacamos el huevo Antoinette, escalfado, con trufa negra y acompañado de un salteado de champiñones salvajes y cebollino, y el mi-cuit de foie gras de pato con nueces y chutney de membrillo acompañado de brioche tostado para untar como si no hubiera un mañana. En el segundo acto encontramos delicias para calentar el estómago como es el caso de ragú de buey al estilo tradicional con patatas al vapor torneadas, de toma pan y moja hasta que la salsa se termine. Aunque también puedes deleitarte con uno de los alimentos imprescindibles de la cocina francesa como es el magret de pato a la plancha que lo preparan con puré de remolacha y maracuyá con zanahorias y chirivías glaseadas con miel y romero.
Al igual que en el resto de la cocina, la repostería también ofrece momentazos de auténtico placer gracias a icónicos como la tarta Tatin de Monsieur Paul Bocuse con crème fraîche y helado de vainilla o el brioche perdue Antoinette con nata montada a la rosa y helado de violeta. Pero si hay que hablar de las creaciones más representativas de la cocina de Francia es imprescindible hacer referencia a las crêpes y los gofres. Para evitar salir rodando de una comida, es recomendable apostar por la masa fina de las crêpes, que además se elaboran con harina de trigo ecológica producida en Francia. Entre las variedades, que son muchas, encontramos las de mantequilla y azúcar, con distintas mermeladas o especialidades como la que podréis ver a continuación -denominada La Cubaine- a base de dulce de leche, nata montada y plátano. Pero cuidado porque la imagen puede herir la sensibilidad del espectador. Avisados estáis.
Calle de Preciados, 34, 28013 Madrid
Teléfono: 910 601 888
Horario: de domingo a miércoles de 10:00h a 13:30h; de Jueves a Sábado de 10:00h a 02:00h. Cocina ininterrumpida desde las 12.00h
Precio medio: 40 euros
Texto: Ana María Clemente
Fotos: Nacho Alcalde Ruiz