Restaurante Atabalats

Atabalats, o ajetreados en español, es un buen adjetivo para definir este local en hora punta de mediodía. Llenan el ambiente la familiaridad, las sonrisas y el olor a comida fusión recién hecha. Hay un constante ir y venir de clientes ya habituales que trabajan por la zona que se han quedado prendados de un menú a muy buen precio y de comida preparada con producto de mercado bien elaborada. Como dice el chef “Aquí se viene a comer lo que querrías hacerte en casa pero no te haces”.

Abrieron el restaurante, hace tan solo tres meses, Nicolás, Sasha y Juan Carlos. Tres buenos amigos que trabajaban juntos en un hotel de lujo y que tienen claro cuáles son los pequeños detalles que marcan la diferencia. En Atabalats, se ve el mimo y el cuidado en cada rincón, desde la decoración, hecha toda con madera reciclada, hasta en la presentación de los platos.

Aunque cuentan con un buen menú de mediodía, la propuesta se centra más en la noche, cuando el local se convierte en un gastrobar, y ofrecen una carta en la que las Burguers y las tapas de autor son las protagonistas. Un plato que no puede faltar, la Picanha. Un corte de ternera brasileño, que presentan casi al punto, sobre una plancha caliente donde la carne se acaba de cocinar.

Los postres son un festín para los más golosos, van desde el clásico Tiramisú, presentado en una macetita, a la delícia de la pasión, una mousse de maracuyá con espuma de coco y peta zetas.

Por si fuera poco, Sasha se encarga de que no falte un cóctel con el que acompañar la velada. En una carta muy completa, no escasean los clásicos y encontramos también algunas de sus creaciones. Para los amantes del Gin Tonic, cuentan con más de 12 ginebras diferentes. Nosotros nos quedamos alucinados con un Gin Tonic de Gin Mare que Sasha preparó con Albahaca, Romero y piel de limón quemada, una auténtica delicia.