Saliendo de productos tan conocidos en nuestras mesas como el pan de pita, el hummus, el kebab o el falafel, la gastronomía de Oriente Medio ha tomado un gran valor en nuestro país y, por ello, se están abriendo nuevos establecimientos dedicados a su cocina, ofreciendo platos más tradicionales de su cultura. La extensión de Oriente Medio es tan amplia que abarca muchos países, lo que hace que sea una gastronomía muy rica y variada debido a su clima y mezcla de culturas.
Será por sus sabores tan exóticos y peculiares lo que hace de la zona una gastronomía tan atractiva. Alguno de sus platos más típicos y que no debemos dejar de probar es la shakshuka, un plato muy sabroso originario del Magreb que consiste en tomates acompañados con gran variedad de condimentos y huevos escalfados, y muy popular en Israel que se consume como desayuno, y que además, se condimenta con harissa, una salsa hecha a base de chiles rojos.
La cocina del Medio Oriente se caracteriza por sus sabores y olores tan aromáticos, además de por la cantidad de ingredientes que llevan sus platos. Probablemente se deba, sobre todo, a la infinidad de especias que se utilizan en la cocina. Algunos de sus productos y platos más típicos son el queso halloumi, el tabouleh o el tahín. Además el Zatar es una de las más clásicas mezclas de especias de Oriente Medio que se compone de semillas de sésamo, zumaque, tomillo y sal, pero también se le añaden otras cosas como orégano, comino y pimienta.
Os dejamos un ejemplo de local que ofrece este tipo de gastronomía en Barcelona: Hummus. Y si no lo conocéis ya, os animamos a que viajéis por todo el territorio y disfrutéis de su cocina tradicional pura, porque ya sabéis que a occidente sólo llegan ciertas cosas y en ocasiones se adaptan a nuestra cultura.
¿Sabíais que en su cultura es tan importante la relación invitado-anfitrión que incluso en algunas ciudades del Magreb a la hora de la comida el anfitrión para el reloj con la mentalidad de que el tiempo ya no existe?
Ya podríamos adoptar esas costumbres nosotros…
Texto: Elena Olaran
Fotos: Creative Commons