Bacaro

Esta taberna veneciana, capitaneada por Alfredo, Pablo y Mauri en sala y el chef Marco Filipponi en cocina, es el sitio en Barcelona que más cerca que te vas a sentir de la preciosa ciudad de los canales y donde cada día es motivo de celebración.

Como si de su propia casa se tratara Mauri (ex jefe de sala del Xemei) te atiende como a su hija, su hermano o su padre. Divertido, inquieto y creativo te vende los platos de Marco con alegría y buen humor, de hecho no hace falta que mires la carta -escrita cada día a mano por su continuo cambio de producto de temporada- con escucharle ya sabrás qué quieres comer.

Cocina marinera con buenos productos (la calle Jerusalem está esquina con la Boquería) y clásicos como las sardinas en Saor escabechadas con pasas y cebolla confitada -imposible pasar por allí sin comer este plato- calamares de playa con verduritas, rissotto con Nero di sepia, gnocchi de patata con ragú de pato o la fragole, a medio camino entre un arroz y un cuscús con un fumet de pescado de escándalo.

Y cómo olvidarnos de la pasta, en este caso hacemos un punto y aparte pues Marco prepara él mismo la pasta fresca cada día y te enseña con orgullo su secador de madera con los tagliatelle colgando cual trofeo. Papardelle de pescado, almejas y mejillones, raviolis de gambas o de scarmorza y radicchio o espaguetis a la chitarra son algunos de los hits de Marco. Si bien el día que vas te apetece carne su ossobuco a la milanesa con puré casero de patatas, confit de pato o hígado con polenta son platos para montarles un piso en la misma rambla.

En esta pequeña gran tasca, dónde parece que siempre es Navidad de lo felices que son, encontrarás tu gran familia veneciana.