Bálamo, el restaurante que acerca el mar a Madrid

Un banco de peces, generalmente de la misma especie, que siguen una sólida disciplina grupal y viven y prosperan manteniéndose en formación. Un nombre muy bien escogido, ya que Bálamo es una marisquería en la que disfrutar de los grandes manjares que ofrece el mar.

El espacio es impresionante. Con más de 4000 metros cuadrados y con capacidad para 700 comensales entrar en Bálamo es como entrar en un nuevo mundo: la zona del bar, el arrecife, reservados, jardín interior, la zona de alta mar y la playa. Las diferentes zonas de Bálamo ofrecen un espacio perfecto para cada ocasión. Para picotear y unas cervezas, la barra; la zona alta es ideal para copas; la playa es un parque infantil donde los niños se distraerán mientras los adultos comen y el salón, dividido en diferentes áreas, es un espacio muy acogedor.

Los tonos grises, las maderas naturales y una gran cantidad de vegetación son alguno de los elementos que conforman la decoración de Bálamo. Una decoración que ha conseguido transformar este enorme espacio en un lugar en el que sentirse muy cómodo. Pero de todos los elementos que conforman su decoración debemos centrarnos en el enorme jardín vertical. Un jardín que ocupa una pared completa del comedor y que produce el oxígeno que necesitan 350 personas al año.

Un expositor de marisco fresco, y con posibilidad de take away, preside la entrada al comedor, un comedor donde sentarse y comenzar a disfrutar de los mariscos tranquilamente.

En su carta encontrarás pulpo (cocinado de diferentes formas), ensaladilla de gambas o salpicón de mariscos; platos perfectos como entrantes. Fritura variada, parrillada de marisco o mariscada conforman una carta centrada, principalmente, en ensalzar los productos del mar: Navajas, mejillones al vapor, zamburiñas, nécoras, cigalas, gambas… en Bálamo encontrarás todos los mariscos necesarios para disfrutar durante horas alrededor de la mesa.

Bálamo es un restaurante ideal para una escapada familiar o para una celebración especial. Un lugar en el que relajarse, evadirse de la ciudad y trasladarse hasta la costa a través de cada uno de los productos que salen de su cocina.