Ya conocíamos Baldomero, su propuesta de desconexión en medio de la ajetreada vida urbana, con platos saludables y sabrosos. Esos que hacen que prefieras ir a comer fuera, en lugar de irte a casa en el break del mediodía.
Pues bien, tras la vorágine vivida – especialmente dura para el sector hostelero- y viendo cómo nos adaptamos a esta nueva realidad pseudo-distópica, la oferta de Baldomero es un soplo de aire fresco que hará que los momentos de disfrute, entre familia y/o amigos, sean de lo más placenteros.
Hoy abre de nuevo sus puertas y lo hace con novedades.
La principal es que podrás reservar y que los fines de semana abren para ofrecer un brunch. Pero vayamos por partes.
De lunes a viernes -con horario de 9h a 20h- podrás ir a probar sus deliciosos menús. Desde 12€ hasta 14€ si pides algún suplemento. Calidad/precio impecable tanto por la zona, su maravilloso espacio – ¡ahora con terraza!-, como por su oferta gastronómica.
Y los fines de semana, hacen brunch pero con una fórmula distinta a la mayoría de opciones de la ciudad.
Pagas 35€ y te olvidas de todo, te desabrochas disimuladamente el botón de arriba del pantalón y das rienda suelta a tu gulas interior.
Desde ensaladas de todo tipo, cuscús, arroces, sandwiches… hasta platos calientes que irán saliendo de cocina y se te irán ofreciendo a la mesa para que puedas ir probando todo. ¡Un espectáculo!
Y si eres de los que no se mueve de la mesa si no prueba dulce, no te preocupes. Todo el surtido imaginable de bollería casera con chocolate, sin chocolate, yogur, magdalenas, …
Su idea, con muy buena visión, es convertir su espacio en tu mesa para que pases todo el día. Sin agobio de dobles turnos, sin esperas, sin prisa.
Imagina. Llegas tú antes, que eres más mañanero, y te tomas un café mientras te lees el periódico, después llega tu pareja, esta que siempre le da al despertador para que vuelva a sonar pasados 10 minutos, se pide un zumo y pilla un dulce para ir arrancando, mientras esperáis a la otra pareja de amigos. Luego, una vez ya estéis los cuatro, comienza el festín.
Esta idea, que una vez reservas para el sábado o domingo, se convierte en algo tuyo durante unas horas es brillante.
Con propuestas como las de Baldomero se vislumbra un halo de esperanza para aquellos que buscan -y pocas veces encuentran-, no sólo comer bien, sino sentirse como en casa y pasar un buen rato.
Passatge de Mercader, 16, 08008 Barcelona
Texto: Khaled Abbas Marcet
Fotos: Andrea Invierno