Lo primero que hay que decir antes que nada del Vallés es que aquí se creó “La Gilda”, la reina de las banderillas.
“Txepetxa”, uno de sus clientes míticos, allá por los años 50 se le ocurrió mezclar guindillas con anchoa y aceituna, y así creó esta explosión de sabores.
Su nombre viene de la famosa película “Gilda” de Rita Hayworth estrenada en 1946 porque la banderilla, al igual que la película, era “verde, salada y un poco picante”.
La preparación, según sus dueños Blas y Antxon Vallés, es muy sencilla, pero ha de hacerse así: Primero quitar el rabo y la corona a las guindillas, poner la anchoa (por el lado bonito) y después las guindillas una para cada lado hasta un total de cuatro por banderilla. Al final del todo, la aceituna con hueso -porque cuando se creó la Gilda no había sin hueso- y listo.
Este antiguo despacho de vinos, fue fundado por Blas Vallés, un productor de vino navarro que se trasladó a San Sebastián en 1942. Al principio, solo vendían vino, luego porrón y encurtidos, más tarde pasó a tener una cocina donde los clientes podían cocinar sus productos y al final se convirtió en la taberna que hoy en día es.
El jamón es uno de sus fuertes, de hecho, se han ganado a pulso “la J de oro” por llevar más de 50 años trabajado con los jamones de cinco jotas de Sánchez Romero. El lomo, el bonito, la tortilla de bacalao y las croquetas son otros de sus clásicos.
Pese a sus dos incendios, uno en 1973 y el otro en 1986, esta taberna ha mantenido siempre su espíritu y sus ganas por ofrecer siempre lo mejor.
Si estás por el centro de San Sebastián, no te olvides de hacerles una visita y de compartir un buen trago en mesa corrida, como aquí se lleva haciendo toda la vida.
P.D: Si eres celíaco, en el Vallés también se acuerdan de ti.
Bar Vallés
C / Reyes Católicos 10 – DONOSTIA
De lunes a domingo de 13:00 a 15:00 y de 20:30 a 23:00
Martes tarde y miércoles cerrado
Precio medio por persona: 15€
Textos y fotos: Diego Etxeberria