Beigel Bake - Brick Lane

Beigel Bake es una institución londinense y las colas que hay prácticamente a todas horas para conseguir uno de sus bagels así lo atestiguan. A dos pasos del mercadillo de Brick Lane, instalados en un local de todo menos cool, presumen de ser los primeros que trajeron los bagels a Londres.

La especialidad de la casa es el bagel de salt beef. En palabras de Sammy, uno de los tres fundadores de Beigel Bake, que a sus setenta y ocho años sigue pasando a diario por el local, echando una mano y saludando a los clientes, “el de salt beef es el más completo, no necesitas comer nada más”. Efectivamente, es solo un bagel, pero es contundente. Y más aún si decís que sí a la mostaza. Igualmente recomendable es el de salmón ahumado y crema de queso, el más vendido y más apto para estómagos delicados.

El obrador en el que se producen unos dos mil bagels diarios (hervidos antes de ser horneados) está al fondo del local, visible mientras se hace cola. También hay otras especialidades, como el pan judío tradicional, challah, panes de molde y pasteles, pero la única razón que merece el peregrinaje son los bagels.

Beigel Bake comenzó siendo un negocio familiar y aún hoy en día lo es. Sammy lo puso en marcha cuando llegó a Londres desde Israel. Hace ya veinte años que abren 24/7 y aseguran que no tienen intención de ampliar el negocio.

El local tiene un carácter humilde y auténtico, muy alejado de los mandamientos cool que reinan en los establecimientos aledaños y con el mismo diseño que cuando abrió allá por los años setenta. Las tenderas te atienden a grito pelado y sin miramientos, con el clásico “next, please” y aunque no hay mesas, sí que hay una pequeña barra pero muy poco espacio. Además, la cola suele invadir por completo el local, lo que tampoco invita mucho a quedarse dentro.

El ambiente es de lo más variopinto, desde taxistas que entran corriendo a comprarse el almuerzo, hasta los más rezagados que ya de madrugada buscan algo de sustento tras una noche de fiesta, pasando por los inevitables turistas, parece que hay un bagel para cada momento.