Después de abrir en Polanco y en Santa Fe, surgió la idea de una sucursal en la Juárez hace 3 años, para posicionar oportunamente su marca en una colonia en ascenso. El ambiente es relajado y la mejor forma de comer en Bellopuerto es pidiendo al centro para compartir.
Conscientes de que el éxito tiene matices que varían constantemente, buscaron con el tiempo deslindarse del concepto de marisquería para identificarse culinariamente como un restaurante con especialidad en mariscos. Han logrado gracias a ello emplear a su favor una gran paradoja: volverse parte del repertorio de su clientela por medio de la constancia y a la vez evolucionar junto con ella.
El chef Omar Díaz Valderrama, formado en el País Vasco, nos recomienda para empezar la Tostada Nalgueada, a base de buche de atún de Mérida, chile habanero y cebolla morada, seguida de una Tostada de Chicharrón de Salmón, cuya piel crujiente se sirve sobre láminas de aguacate, mayonesa de chipotle y unas gotas de Salsa Valentina. Para entrar en calor, el Pulpo Chamuscado va al centro sobre una parrilla caliente, marinado en salsa de achiote y servido con verduras del huerto. Compartirlo es difícil: chamuscado a más de 400 grados, es crujiente por fuera y suave por dentro, con un sabor especiado ligeramente dulce. Para terminar de llenar por antojo ese hueco imaginario después de semejante festín, el Aguachile Maleficio con atún y camarones encurtidos (o más bien ahogados) en jugo de limón, salsa de almeja pata de mula y clamato, cumple su cometido. De marzo a julio aprovechan la temporada del mango manila para proponerlo como postre, entero, jugoso, con Miguelito y chamoy. Si volver a la oficina bañados en mango no es una opción, los helados artesanales de temporada o el pastel de chocolate oscuro Oaxaqueño con mousse de choco tequila son dos excelentes y golosas alternativas.
En Bellopuerto hacen las cosas con la certidumbre de que su negocio está alineado con un sentimiento de responsabilidad social. Conciben que sus empleados son héroes del diario con problemas reales, de los cuales pueden hablar en momentos y espacios propicios. Se les escucha con el fin de enseñarles por medio de meditaciones grupales, que son seres libres responsables de su destino. A nivel de pesca tienen proveedores que manejan el concepto de “pesca responsable”, aunque eso implique modificaciones de última hora en la carta. Hace dos años dejaron de comprar botellas de plástico, un tema del que no hablan porque lo hacen por convicción, mas no para presumirlo.
Florencia 30, esquina con Hamburgo, Colonia Juárez, México D.F.
Horarios: lunes 13 a 18, martes y miércoles 13 a 23, jueves a sábado 13 a 24, domingo 13 a 18.
Texto y fotos: Guénola Bally