Bianchi Kiosko Caffé

El aroma a buen café recorre, desde el pasado tórrido verano, la angosta calle San Joaquín en el corazón de Malasaña. Un pequeño local es el culpable de que los más madrugadores del barrio calienten sus manos camino del trabajo con un vaso compostable del Caffé de Sandro Bianchi. Este dj internacional decidió convertir su pasión por el café – y su experiencia como cliente de docenas de coffee houses de todo el mundo- en un rentable negocio sostenible a la puerta de su casa.

Sin comprometerse con ninguna marca, esta cafetería funciona con sus propias herramientas y alrededor de una máquina Marzocco. El producto, siempre ecológico, comprado a pequeños productores de los que ponen todo el amor en sus cultivos. El resultado, un blend especial marca de la casa y su café residente: 50% Etiopía 30% Brasil 20% Guatemala. Aunque también ofrecen otro café de distinto origen que va cambiando con mayor o menor regularidad en función del éxito del mismo.

También, para los amantes del té, tienen alternativas al café como el matcha latte que tomaban los samurais o el chai latte -cada componente, desde los ingredientes a el azúcar, todo ecológico-. “No somos uns frikis de lo ecológico, es que se nota la diferencia”, nos apunta Bianchi. Y destaca el uso de leche (también ecológica) procedente de una granja con 300 vacas criadas en libertad y que, en todo Madrid, solo se encuentra en este local.

Este pequeño café o coffee house, como prefiere denominarlo su dueño, ofrece mucho, porque el tamaño no importa y menos aun cuando se trata de un take away donde también se come. La prueba, los dulces de creación propia como el bizcocho de plátano o el de limón. O las galletas y chocolatinas de chocolate negro almendra y sal Maldon que regalan con cada té o café. Cuentan, además, con el apoyo externo de la variada repostería ecológica de María Iglesias, #levadurasalvaje, que les abastece con una gran variedad de bocados como cinnamon rolls, croissants, empanadas de verdura o distintos mini-bocadillos.

Nuevos cafés, negocios pequeños y ecológicos con baristas que cuidan el producto y que intentan enseñar a sus clientes el secreto del buen café. ¿Una moda? Más bien, una necesidad que está aquí para quedarse y dibujarnos cada mañana una sonrisa en el amargo camino al trabajo.

_DSC0142 _DSC0202