La historia del barrio de Sants está ligada al desarrollo industrial del s. XIX y a sus fábricas textiles de vapor, pero dos siglos después y a pesar del desmantelamiento de las fábricas, ese espíritu obrero aún se sigue notando en las calles del barrio. Está claro que, al menos en el mundo occidental, las condiciones de trabajo han cambiado mucho desde entonces, pero la necesidad de alimentarse adecuadamente para soportar una dura jornada laboral, es algo que persiste a lo largo del tiempo. Allí donde había gente trabajadora aparecieron negocios para alimentar a aquellos que, afortunadamente, tenían un sueldo asegurado cada mes. Y las tabernas y bodegas, reflejo de un pasado no tan lejano, son ejemplo de ello.
La Bodega Montferry en Sants vive ya su segunda etapa, ahora en las manos de Marc y Raquel. Un amigo de Marc acudió a la bodega con la intención de incluirla en una reseña para su blog sobre bares, y los dueños le hicieron saber que querían traspasarla tras casi 50 años dedicándose. La propuesta de hacerse cargo de la bodega “llegó en un momento concreto, tal vez unas semanas más tarde no hubiera sido igual” comenta Marc, que en esos momentos se encontraba sin trabajo. Este geólogo de profesión, afirma que ya ni se acuerda de su antiguo oficio, y es que desde que la Montferry pasó a sus manos en 2013, se nota que no han parado de trabajar.
A las 8 de la mañana se abren las puertas de este local que conserva intacta toda su esencia, basta echar un vistazo a sus botas de vino a granel, a la nevera con puertas de madera, y a sus botes de conservas y encurtidos. La oferta para complementar un buen vermut en la Montferry es de sobra conocida (y alabada), tanto en Barcelona como fuera de la ciudad: anchoas y boquerones, cap i pota, croquetas de rostit o escalivada, albóndigas, fricandó, patatas Montferry… todo preparado con mimo y con productos de los mercados de Collblanc y Sant Ildefons. Pero si hay algo que llama la atención, no sólo por su calidad, sino también por lo atrevido de la propuesta, es su oferta de bocadillos del día para desayunar. “Si te sales de lo típico, alguien vendrá con un ‘vols dir?’ y tienes que decirles ‘va, tú pruébalo’” comenta Marc, y no se equivoca, porque si a priori parecen curiosos bocadillos como el de sardinillas con pimientos del piquillo y alcachofas, el de bull negre con queso de cabra, o el de escalivada con queso azul, sólo hay que probarlos para disipar cualquier duda. “El bocadillo lo pensamos cada día de camino a la bodega, según lo que haya que sacar antes o lo que interese” dice Marc, cuinetes de toda la vida, y al que ahora la cocina absorbe durante toda la mañana. El jueves además es el día de los bocadillos de jugosa tortilla de patata con sorprendentes extras: jamón canario, butifarra negra, bacalao y mongetes, chistorra y cebolla, etc. Lo mejor es en cualquier caso, como dice Marc, ir a probarlos.
Es formidable que las bodegas de toda Barcelona estén viviendo actualmente una segunda juventud. Esto ha sido posible gracias al esfuerzo de toda una serie de personas que han trabajado duro, sabiendo apreciar el valor histórico y sentimental de estos establecimientos. Por todas ellas, no queda más que decir, “salut!”.
Bodega Montferry
Carrer de Violant d’Hongria Reina d’Aragó, 105, 08028 Barcelona
Horario: martes a viernes, 8:00 a 16:30 y 19:30 a 22:30; sábado 9:00 a 17:00; domingo 11:30 a 15:30; lunes cerrado
Teléfono: 93 162 96 36
Texto: Gemma García
Fotos: Laia Sáez