Botánico Café, el restaurante que sigue a Esther

Aunque fueran unas adelantadas a su época y, en palabras de Julia, los tiempos parezcan haberlas atrapado, el Botánico sigue siendo especial. Su cocina fusión con base mediterránea, su horario ininterrumpido y su filosofía, ante las propuestas, del “sí, y luego vemos cómo lo hacemos” hacen de éste un espacio vivo donde pasan muchas cosas.

Esther, natural de Francia y gerente, formada en Le cordon bleu París; Julia, su pareja, diseñadora y actual jefa de sala; y gran parte del equipo de Manigua, uno de los estudios de diseño gráfico más importantes de Granada, querían abrir un sitio diferente y lo consiguieron.

Botánico comenzó su andadura en el año 2000 y desde sus inicios se fundó con la idea de combinar gastronomía y cultura en un mismo espacio. Allí, con máxima generosidad y de forma gratuita para los artistas, promueven exposiciones mensuales, presentaciones, charlas y desde hace dos años, talleres de cocina bajo la marca Botánico taller, donde colaboran con diferentes asociaciones.

Su maravillosa ubicación, en frente del emblemático Jardín botánico de la Facultad de Derecho de la Universidad de Granada, ha configurado una clientela llena de profesiones liberales, universitarios y profesorado de las facultades cercanas. Y aunque estos son sus asiduos, lo cierto es que el enclave con grandes ventanales y decoración cálida que han creado alberga gente de todo tipo, convirtiéndose en una delicia ser parte de esa convivencia.

En cuanto a su cocina, tienen verdaderas obras maestras gracias a un equipo maravilloso tanto en cocina como en sala: Nems vietnamitas rellenos de verduras, cerdo y gambas; la Pulled pork burger, receta del Restaurante Oink de Edimburgo; el Brick de salmón con setas y alga nori; el Crumble de verduras a la parmesana o sus deliciosas y enormes ensaladas.

Además tienen menú del día de lunes a viernes con 9 platos diferentes (tres primeros, tres segundos y tres postres); sugerencias cada fin de semana que van variando según mercado y se toman como su propio laboratorio para innovar y mantener la carta viva; y por supuesto tapas, con una reina indiscutible: la sincronizada mexicana.
Sus ganas y dedicación, su buena cocina y su gran cantera de profesionales han situado al Botánico entre los locales más sólidos de la escena granadina, y no es de extrañar.

¡Larga vida!

Botánico Café