Hamburguesas que no son fast food y que además no vienen de Texas (como quien dice) sino de Venezuela. ¿Cómo es esto? Sin duda inesperado y además, de calidad y lleno de sabrosura, en eso se traduce el alma venezolana aunque una hamburguesa es una hamburguesa y en las de Burger Shack se encuentran los sabores y el espíritu americano. Un mix que ya ha conquistado Chueca con su claim #Truelove.
¿Otra hamburguesería? No del todo, aunque en Madrid parece que no importa cuántas se abran, todas se prueban. Como decíamos, esto es fast good, es decir, la calidad manda. “Sabemos que hay muchas personas que aman la comida americana y que no siempre hay propuestas que trabajen este concepto con ingredientes de primera calidad”, dice Patricia Rodrigues, Directora de Marketing Burger Shack España. Por eso, la carne es fresca (no pasa por congelador), de proveedores seleccionados y la pican a diario allí mismo; y el pan es artesano y de receta propia (lo hacen panaderos artesanos en exclusiva para Burger Shack), solo podemos decir que lo hacen con patata y consiguen que sea esponjoso, algo dulce y firme, ni las salsas ni lo jugoso de la carne consiguen romperlo.
Aunque tienen alitas y algún que otro entrante, recomendamos ir directos a las hamburguesas si no tenéis un hambre espartana. La Burger Shack se lleva los hamburgueseros de calle. Carne de vaca (nada de mezclas) con tomate, cebolla, lechuga y croqueta de queso fundido. Como lo leéis, croqueta de queso fundido que mezclan con jalapeños, con champiñones Portobello o con bacon y cebolleta. Al inicio de la comida ponen algunas para probar para que la decisión sea más fácil. Cobertura crujiente y un queso fundido que se deshace en la boca.
Con esta misma carne tienen la Cheeseburger, la Bacon Shack y la Doble (cuidado con comer por los ojos). Pero también cocinan pollo, la pechuga concretamente, jugosa y en un rebozado muy crujiente, bien frito y sin exceso de grasa. Es la Chicken Shack y tiene pollo de verdad (parece una tontería decirlo pero no todas pueden alardear de lo mismo), lechuga, tomate y mayonesa. No lleva la croqueta, pero se le puede añadir bacon, cebolla caramelizada, cheddar y jalapeños. Y por si no os quedáis satisfechos, las patatas que acompañan a las hamburguesas pueden llevar bacon recién frito y queso Cheddar.
Y hay más, porque aunque la carta es corta, está hecha para pecar, y los shakes invitan a la gula. Caseros y contundentes, de vainilla, de chocolate, de Nutella, de Oreo… Pero ya que estamos a la americana, el de mantequilla de cacahuete es digno de un tiento. Ahora, cuidado con el empacho, mejor compartidlo, que está de muerte, que sabe bien a cacahuete y apetece, pero es intenso. Porque aquí saben conquistar por el estómago.
Calle Augusto Figueroa, 32, 28004 Madrid
Horario: de domingo a miércoles de 13:30h a 23:00h. De jueves a sábado de 13:30h a 00:00h.
Precio medio: 12€.
Texto: María G. Aguado
Fotos: Nacho Alcalde Ruiz