María comenzó su andanza hostelera como camarera del mítico café Cosmo, en la calle Enrique Granados. Regina y Tomás, sus dueños, se sintieron tan satisfechos con su trabajo que no dudaron en proponerle ser la luz de guía de lo que querían que fuera el hermano pequeño de esta oferta casera e impulsora del producto kilómetro cero.
Un buen día, apareció el lugar que haría de vértice a este segundo sueño gastronómico. Era un pequeño local esquinado de la Calle Parlament dedicado a la venta de ropa brasileña. Lo adquirieron, se pusieron manos a la obra con la reforma, y le pusieron nombre de cuerpo celeste: Cometa.
Aunque quisieron mantener la antigua y funcional carta de Cosmo, dieron un cambio de 180 grados a la estética del local. Naturaleza en cada rincón, colores primaverales, láminas de animales, madera como soporte y cojines reconfortantes.
“Al principio los vecinos miraban nuestra cafetería como un ente extraño que no encajaba en el barrio, pasaron semanas hasta que se acercaron los primeros valientes a pedir un café a nuestra barra” Nos cuenta María con una sonrisa nostálgica mientras nos sirve su famoso pastel de zanahoria con un café con leche espumosa. “¡Que no se os enfríe eh! Desde que conocimos a Jordi, de Nomad Coffee, y nos enseñó a cuidar el proceso de hacer un verdadero café, prestamos mucha más atención a los detalles, de principio a fin”
Hoy día esas anécdotas de espacio vacío y dos agujas de reloj comiéndose a indiferencia el tiempo, son cosa del pasado. Estamos sentados en su acogedora terraza y vemos salir y entrar a gente joven y extranjeros, por supuesto. Pero también a los profesores de la autoescuela de enfrente, al lotero, y al ejecutivo de corbata impoluta. Ya lo dice el refrán, que en la variedad está el gusto.
Si estás preguntándote cuál es el mejor momento del día para acercarte al Cometa, te podemos responder fácilmente: todos. Podrás desayunar a partir de su carta “Munch” que ofrecen hasta la 13.00 (tostadas, croissants, zumos naturales, limonadas…), comer, cenar ¡e incluso quedarte hasta la hora del Gin Tonic! Nos cuesta mucho tener que decantarnos por algo, pero si nuestra vida dependiera de ello, apostaríamos por el muesli casero con yogurt, el hummus de remolacha o el sandwich Kiko, con tomate, pollo, aguacate y lechuga. De todas formas, si pudiéramos, haríamos trampa y volveríamos a merendar un buen trozo de pastel de zanahoria (de su pastelería casera, Orion) con un café infusionado bien frío (cold-brew).
Ya lo decía Mary Poppins, que “con los pies en el suelo, gozarás de ese vuelo, al seguir con placer, la cometa volar.”
Teléfono: 930 07 32 03
Horario: Lunes a jueves de 9:00 a 23:00, viernes de 9:00 a 01:00, sábado de 10:00 a 01:00, domingo de 10:00 a 23:00
Texto: Ana J. Palmer
Fotos: Anika Stieling