Los pasteles rústicos de las hermanas Elsen conquistaron Brooklyn a una velocidad sorprendente y ya son una de las pequeñas empresas artesanas más queridas y admiradas de la ciudad
Emily y Melissa Elsen crecieron en un pequeño pueblo en el estado de Dakota del Sur, y su madre y su tía regentaban un restaurante llamado The Calico Kitchen. Su abuela era la encargada de hacer los pasteles de fruta, un postre de cuya existencia ya hay evidencias en la Antigua Roma y que hoy en día es el pastel por antonomasia de los Estados Unidos, de ahí el dicho “tan norteamericano como el pastel de manzana”. Estos pasteles consisten en una masa de hojaldre rellena de fruta, carne, pescado o verduras cocida en el horno.
Tras abandonar el nido familiar, Emily se mudó a Nueva York, en donde se dedicó a las artes, mientras que Melissa desarrolló su carrera en el mundo de las finanzas. Cuando esta última regresó a NY, ambas notaron la ausencia de pasteles auténticos como los que hacía su abuela en la ciudad, lo que les dio la idea para su negocio. Comenzaron a vender pasteles de fruta que horneaban en la cocina de su apartamento bajo pedido y menos de un año después abrieron su café, Four & Twenty Blackbirds, en Brooklyn.
Su éxito es indiscutible, hoy en día su pequeña empresa da trabajo a unas veinte personas y han tenido que expandir su cocina, que está a quince minutos andando del café y que les permite vender sus ya legendarios pasteles a otros establecimientos de Brooklyn y Manhattan.
Ellas han sabido combinar los sabores tradicionales con otros más sorprendentes y ha sido precisamente esa capacidad para desarrollar un hojaldre de mantequilla rústico y auténtico con rellenos muy novedosos lo que ha conquistado a sus clientes. Muchos de los ingredientes que usan son de proximidad, de temporada y, cuando pueden, también orgánicos. El menú varía con las estaciones, pero algunos pasteles como el Salty Honey –miel con un toque de sal-, manzana y caramelo salado o natilla de matcha siempre están en el menú. En verano tienen opciones como el crumble de ruibarbo, fresa balsámica o el streusel de arándanos.
En su café, sencillo y rústico, venden sus pasteles por ración y también tienen empanadas pequeñas saladas de carne y de verduras. Asimismo, se pueden encargar los pasteles enteros. Además, sus pasteles están disponibles en una selección de cafés y restaurantes en Manhattan y Brooklyn, así que no hay excusa para perderse esta delicia.
439 3rd Avenue, Brooklyn, NY 11215
Horario: de lunes a viernes de 8am a 8pm. Sábado: de 9am a 8pm. Domingo: 10am a 7pm.
Texto y fotos: Mónica R. Goya