Cafetería Lili

Produce una tremenda felicidad cuando te chivan un restaurante, lo pruebas, te gusta y se convierte en un hitazo entrando directo a tu top ten. Siempre ha corrido el rumor de que dentro del Mercado de los Mostenses había un peruano-chino-bar en el que servían comida de ambas regiones a buen precio y con buen trato. Pero al fin y al cabo, como casi nadie lo conoce o habla de él, ni te habías molestado en visitarlo. Quién sabe, lo mismo era sólo una leyenda urbana. Nada de eso. Situado en las entrañas de uno de los mercados con más diversidad de nacionalidades, sabores, olores, especias, pescados, mariscos, conejos recién cazados colgando del techo, empanadas brasileñas y verduras o frutas desde Latinoamérica hasta Asia, se encuentra el rincón de Lili; un mito hecho realidad.

Lili llegó a Madrid hace doce años y hace seis que abrió esta cafetería con su marido, Xiao Olao Zhou, quien, en una minúscula cocina se lo monta como todo un profesional. «En China todos tienes negocio propio, por eso abrimos la cafetería», cuenta Lili, así de sencillo. Aún así, su ideal es y siempre fue la de «preparar buena comida con sabor para que los clientes vuelvan». Empezaron sirviendo comida china y conforme pasaron los años se percataron de la cantidad de peruanos que visitaban el mercado. Con la ayuda de recetas, libros y un amigo que les enseñó los secretos de la cocina andina empezaron a montarse platos peruanos para los que echaban de menos la comida casera de Perú. Poco sabían que el paladar español iba a demandar estos sabores «exóticos». Lo curioso es que su comida sabe a casa y a hogar, tanto para peruanos, chinos o españoles.

En la barra de metal y en su mini-comedor, Lili y Xiao sirven uno de los mejores Ceviches de corvina de la ciudad -al módico precio de 8,50€-; Tamal relleno de carne y aceitunas negras; unos sabrosos Chicharrones; Ají de gallina –uno de sus platos estrella-; Sopa de Wantan; «Aeropuerto» -mitad tallarines salteados con carne y mitad arroz salteado (chaofan) con verduras y pollo-; así como Caucau -callos con patatas y guisantes-. Y que no falte una cerveza Cusqueña o Cristal bien fría para acompañarlo. Todo el menú lo tienes en fotografías decorando la barra para que no te pierdas nada y sepas que es cada cosa. ¿Quién dijo que las fotos en un menú eran mala señal?

Ejecutivos, gente de paso, comerciantes, vecinos y repartidores se reúnen en este punto para satisfacer los deseos del estómago a cualquier hora del día. Abren a partir de las nueve de la mañana para servir el café cholo -negro con agua servido en taza grande-, acompañado de cualquier plato de la carta disponible desde primera hora. Cierran a las 20h, pero como el mercado suele cerrar a medio día tienes un pequeño timbre en una de las entradas del mercado para poder entrar a comer a la hora que quieras. Toca y espera un momento, el majo de Luis bajará a abrirte la puerta.