Can Maño

Esta taberna situada en la Barceloneta mantiene la tradición de los sitios de pescadores donde la carta viene marcada por lo que ofrece el mar. Y es que Can Maño, en el mundo del pescado fresco, es toda una institución. Los salmonetes, la sepia, las gambas, los langostinos, los boquerones, las sardinas, los chopitos o los chipirones son de alta calidad y están perfectamente cocinados. Sin adornos. Fritos o la plancha marcados con ajo y perejil, ejemplares de tal calibre no necesitan más. Si te apetece, acompáñalos con un turbio, todo sabrá mejor.

Si, por el contrario, el pescado no es lo tuyo, no te preocupes, tienes a tu disposición diecisiete -que se dice pronto- opciones de platos combinados; caseros, clásicos y ricos. La berenjena rebozada y los pimientos son un primor.

Si quieres coger mesa no esperes a última hora. Guíate por el horario europeo y ve hacia la 13h si vas a comer, y hacia las 20h si quieres cenar. Seguramente, tendrás que hacer cola de todas formas. Pero es parte del ritual, te sentirás más que compensado cuando te sientes a comer.

Si has ido alguna vez, el camarero seguramente ya sabrá lo que quieres pedir y te lo servirá con alegría porque, en Can Maño, todos llevan la rumba dentro y te la trasmiten.

El pan cortado con la mano y arrojado a la mesa, la cuenta sumada a mano, los ventiladores, los manteles de papel y el gentío son algunos de los sellos de la casa.