Casa Mari y Rufo

Para saber si un restaurante de menús es bueno sólo hay que fijarse en la clientela. Si ves entrar a un señor trajeado, seguido de otro vestido con el uniforme de currar, seguido de una turista francesa con una guía Lonely Planet bajo el brazo… ¡BINGO! Algo bueno se cuece en esa olla.

Mari y Rufo son marido y mujer y, aunque a veces se les oiga discutir desde el otro lado del Mercado de Santa Caterina, en su restaurante –abierto desde hace 33 años– rebosa el cariño. Al entrar en el establecimiento, te encuentras con Rufo y su hijo Samuel manejando la plancha. Cuando atraviesas el local, llegas al comedor siempre lleno de albañiles, abogados, tenderos, repartidores, banqueros, turistas y, si coincide con la semana del Sónar, hasta el mismísimo Jeff Mills. Al estar situado junto al emblemático mercado de alimentos diseñado por Enric Miralles y Benedetta Tagliabue, su cocina refleja la esencia de las provisiones que tienen a su alrededor. Rufo sabe perfectamente cuál es el punto en que hay que servir los filetes y pescados – el chuletón siendo un favorito – mientras que Mari domina todos los clásicos de la cocina catalana que se te puedan antojar. Su Trinxat de la Cerdanya es la luz al final del túnel, aunque ellos opinan que las joyas de su corona son las gambas o los jamones ibéricos que cuelgan de sus paredes. Deben de ser bastante populares entre la comunidad del techno internacional ya que ademas de Mills, tambien han dado de comer a Derrick May y existe un remix dedicado a ellos que ha sonado en sesiones de Oscar Mulero.