Si hay algo que define a Charamel Gozotegia es, sin lugar a dudas, el olor. Un olor a mantequilla que reina en el ambiente y te impregna según cruzas su arqueada puerta de la clásica calle Jardines, en el Casco Viejo de Bilbao.»¡Cómo huele! ¡Qué peligro!» Acierta a decir uno de los jóvenes que se acerca a desayunar en este local. Y es que según Nagore Ramos, dueña del local, ese es el secreto de que todo lo que probemos en Charamel nos deje con ganas de más: la materia prima fresca y de primera calidad y, sobre todo, la buena mantequilla. Esta última está especialmente presente en el dulce que, durante estos más de 18 meses de recorrido, se ha convertido en el emblema de la casa, el milhojas.
Nagore define Charamel como un proyecto personal que le venía rondando la cabeza durante mucho tiempo, y que decidió finalmente poner en marcha tras dar un volantazo a su carrera y estudiar pastelería. El local tiene un aire acogedor con paredes de ladrillo, libros para disfrutar e intercambiar, coloridas ilustraciones, obrador a la vista para ver donde ocurre la magia, mesas y sillas de colores desparejados y cómodos sofás junto a los ventanales que invitan a quedarse un buen rato viendo el devenir de la calle. Pero si hay algo que invita de verdad a quedarse en este local durante horas, es su barra repleta de dulces y pasteles de aquí y de allá: repostería árabe, alfajores argentinos, scornes escoceses, tarta de zanahoria, milhojas, brownies, stollen bread, macarons, pastel de belém, croissants… y propuestas algo más sorprendentes y súper acertadas como la tarta de queso gorgonzola o los cortes de helado.
Pero no acaba aquí la cosa y es que en Charamel, según se sube la persiana se ponen manos a la obra para hacernos disfrutar de los mejores desayunos donde, además de todo lo anteriormente comentado, también tienen opciones para los más salados, como sándwiches o tostadas, sin olvidarnos de los ricos cafés y la amplia selección de tés. En Charamel siempre está pasando algo y los hornos no descasan para poder ofrecernos novedades para chuparnos los dedos. Buena muestra de ello es el concurrido y variado público que visita el local cada día para endulzarse la vida, aunque sea un ratito.
Horario: Lunes a jueves de 8:30h a 20:30h, viernes de 8:30h a 21:00h; sábado y domingo de 9:00h a 21:00h
Texto: Monika Goikoetxea
Foto: Ainize Medrano