¿Puede un simple bocado transportarte a otro país?, ¿hacer que viajes por todo el mundo sin levantarte de la mesa? Volar con tan solo cerrar los ojos es el sueño de cualquier viajero, eso es lo que promete Clectic, al menos en lo que a gastronomía se refiere. Este chef mexicano de raíces españolas Mauricio Gómez ha logrado transmitir toda su personalidad y vivencias en la carta y las paredes de este restaurante valenciano. Y podemos asegurar que ha conseguido su objetivo.
México, Perú, Italia, Grecia o España son algunos de los países que vas a visitar sentado a la mesa. Cocina migratoria es como lo llama Mauricio, un concepto que, curiosamente, surgió a raíz de la gran ballena que preside uno de los murales del restaurante. Porque si de algo hace gala este chef es que no hay fusión: los platos son iguales a los que probarías en su país de origen. Es lo que ocurre, por ejemplo, con el refrescante cóctel Acapulco, una bebida reconstituyente que en México suele tomarse para recuperarse de esa noche que se te fue de las manos, aunque garantizamos que también es una opción deliciosa para abrir boca, con una base de Bloody Mary, gambas, aguacate y mango. Las tostaditas crujientes de atún rojo, acompañadas de salsa Ponzu, caviar cítrico y crema de aguacate es otra de las opciones para comenzar este viaje gastronómico en el que encontrarás opciones para todos los gustos. Si buscas una opción vegetariana, el Tzatziky griego con crudités de verduras y pan de pita te encantará.
Con experiencia en restaurantes con estrella Michelin en España y en el extranjero, Mauricio Gómez también estuvo a los fogones de Ameyal. Sin embargo, a solo unos pasos de ese restaurante, otro local buscaba nuevos dueños y vio la oportunidad de llevar adelante su propio proyecto. Así nació Clectic by Mauricio Gómez, un local de estilo casual en el que poder desarrollar toda la carta a su antojo. El resultado es más que interesante, no cualquier restaurante puede intercalar con garantías en su carta platos como un ceviche tai -muy refrescante con la mezcla de leche de coco y sorbete de pepino-, pita Cochinita Pibil -en la que deja patentes sus raíces- o pollo korma. Y sólo son algunos ejemplos de la variedad de cocinas que conviven en este espacio. Si acudes en un día frío, la crema de calabaza asada, con aceite de chile morita y cortezas de cerdo, te dará la energía que necesitas para templar el cuerpo. Aunque si prefieres un plato norteamericano más contundente, debes probar los mac & cheese de gambas y bogavante.
En general esa convivencia de cocinas y culturas también se refleja en el día a día del restaurante, porque más allá de un equipo de trabajo, Clectic es una pequeña familia y eso se deja ver en cada detalle del espacio y de la atención a las mesas. Clectic bien vale hacer esa parada en el centro de la ciudad. Eso sí, no te vayas sin probar sus postres caseros porque sería un pecado imperdonable. Con la amalgama de la Ensalada cremosa de la abuela Magy no sólo viajarás en el espacio, sino que también retrocederas en el tiempo hasta tu infancia, con esa mezcla de manzana, melocotón, uva, nubes, nuez y vainilla. Aunque hay toda una variedad de dulces caseros entre los que te costará decidirte: milhojas de dulce de leche a la sal; pumpking pie (bizcocho de calabaza asada, con especias y avellana garrapiñada); cheesecake de chocolate…
Gran Vía Marqués del Turia 63, Valencia
Horario; de lunes a jueves de 13:30h a 23:00h; viernes y sábado de 13:30h a 23:30h; domingo de 13:30h a 16:00h
Precio medio: 25-30 euros; menú de día 10 euros.
Teléfono: 96 322 77 48
Texto: Inma Sánchez Casabán
Foto: Laura Torres