Hace 7 años, los hermanos Javier, Ricardo e Ignacio Rodríguez Llinares decidieron montar un restaurante basado en la cocina tradicional y en el que tuviesen cabida actividades culturales de diversa índole. Eligieron para establecerse el último barrio bohemio, hoy a puntito de gentrificarse. Concretamente en la calle San Luis, calle que paradójicamente concentra a partes iguales la mayor densidad de iglesias (Basílica de la Macarena, San Gil, San Luis, Santa Marina y San Marcos) y moderneo de Sevilla. Muy al Norte del Casco Antiguo, hasta donde no bajaban los turistas hasta hace un par de años, la zona Plaza del Pumarejo, Calle Macasta, Hiniesta, San Julián… (sitios míticos de los 80, recreados perfectamente por Fernando Mansilla en su novela Canijo), respira autenticidad, esencia y verdad de distrito .
Fueron, por tanto, pioneros en apostar por la zona, así como en incorporar el movimiento Slow Food a la hostelería sevillana. La dedicación exclusiva a este proyecto y local, una normalidad atípica en tiempos de “empresas-restaurante”, creemos es el secreto para que el establecimiento haya mantenido la calidad y el buen nivel de su cocina desde su apertura.
Señas de identidad de ConTenedor son sus exposiciones pictóricas, la música de jazz en vivo los martes, la pizarra móvil con la carta, sus platos abundantes y pensados para compartir, la cocina instantánea, su selección de vinos andaluces y un muy buen servicio. Al loro con las excelentes guarniciones de Verduras (“el paisaje”, como dice nuestro maestro en esto del papeo) ecológicas que los acompañan, delicias cultivadas en huertos próximos a Sevilla: berenjenas y nabos baby, crujientes lechugas y finas judías verdes, rábanos, ricos pimientos….
La carta cambia según la temporada, el mercado y la inspiración del jefe de cocina, Carlos Michell, pero siempre se mantienen un par de clásicos de los que somos muy fans: el Arroz Negro de Calamares, por el sublime punto del arroz y su suave alioli, y el Arroz de Pato y Setas, por su contundencia y crujiente textura. Fijas son también las tablas: de Pate Casero, de Chacinas Ibéricas y de Quesos ecos de la provincia, ambivalente ésta como entrante o postre.
En nuestras últimas visitas nos impresionaron el Carpaccio de Langostino de Sanlúcar y los Tallarines caseros con ragú de jabalí y salsa de ajo tostado. De categoría, sepan ustedes.
El local, sumamente acogedor, con la cocina a la vista, puede albergar hasta 45 comensales. Es mejor reservar para cenar, no buscan doblar mesas, te dan todo el tiempo que necesites para comer, para disfrutar. Entre semana muchos clientes son guiris (guiris residentes, principalmente). Suelen llegar pronto y es gracioso verlos flipar al contemplar a través de la gran cristalera una de las cumbres del barroco sevillano, la fachada de la Iglesia de San Luis de los Franceses, mientras se deleitan con unos platos perfectamente elaborados.
Sevilla
Horario:
Martes,miércoles y jueves: 20.30 – 23.30
Viernes y sábados: 20.30 – 00.30
Domingo y lunes: cerrado
Precio medio-30€
Texto: José Ignacio Pèrez y JM Álvarez
Fotos de Ana González Mellado