El término “diner” se refiere a su propia estética, similar a la de un vagón de tren o tranvía. Es muy común que sea una estructura prefabricada con un exterior de acero inoxidable. De esa semejanza con el vagón ferroviario se acuñó la palabra, por “Dining car” (vagón restaurante).
El primer Diner que consta en nuestra historia aparece en 1872, en Rhode Island. En seguida se consolidó su popularidad, debido a que eran los únicos establecimientos en los que se podía comer un plato caliente a cualquier hora del día o de la noche a precios muy económicos.
Court Square Diner, situado en Queens desde 1946, justamente al bajar en la estación del mismo nombre, Court Square, podría pasarnos desapercibidos si no fuera porque esté ubicado a unos pocos metros del Moma PS1, visita obligada si no quieres perderte uno de los mejores museos de la ciudad de Nueva York.
El plan es redondo, te lo montes como te lo montes, ya que puedes optar por ir bien temprano y coger fuerzas a base de deliciosos huevos, de infinitas formas preparados, incluyendo los reyes de un buen brunch, los huevos benedictinos. Si eres más goloso y quieres sentirte como el protagonista de cualquier película americana, tendrás que debatirte entre enfrentarte a unos Pancakes originales, apetitosos Waffles o alguna de sus French Toast tamaño América XXL. El café americano, como puedes soñar, es ilimitado.
No te asustes, también puedes dejarlo para después del paseo. Asistir unas horas al mejor arte contemporáneo, disfrutar de lo más representativo de la vanguardia, de lo innovador y experimental… y llegar hambriento para suplicarle a la camarera una suma de calorías indecible a base de escoger entre más de 10 diferentes hamburguesas, sandwiches, Bufallo Wings, o un mitico Steak.
Los diners se caracterizan por tener cartas tan extensas que probablemente te abrumes. Lo mejor de todo es lanzarte a los míticos y disfrutar de sentarte en sus sofás laterales mirando al exterior, o si no, porqué no, repetir; que lo tienes abierto, ya sabes, 24 horas, 7 días a la semana.
45-30 23rd Street Long Island City
Horario: Abierto 24 horas
Texto: Lucía Gomez Meca
Fotos: Borja Llobregat