Çukor significa azúcar en húngaro. Péter Nagy, procedente de Hungría, es uno de los artesanos y dueños de este taller-tienda de dulces en el barrio de Gracia. Junto a Jabier Poveda, de Pamplona, y Manuel Abraham, de Francia, han dado forma a uno de los locales más originales del momento.
Todo empezó hace unos meses cuando decidieron juntarse para hacer un obrador efímero de dulces a pie de calle pero, al ver la respuesta que despertaron sus caramelos artesanales, decidieron abrir una tienda a la que pudiera acceder todo el mundo. Solo el aroma que percibes al pasar por la calle Verdi moverá tu cuerpo hacia el interior. Allí podrás comprobar en directo cómo elaboran sus producto mientras ves expuestas las infinitas opciones que te ofrecen: nubes de todos los sabores –desde los más sencillos a los más sofisticados: espliego, limón o cacahuete bañadas en chocolate de 70%; todos hechos a partir de infusiones, cremas o esencias naturales–, regaliz natural, turrones, bombones y tabletas personalizadas. Además, son especialistas en dulces autóctonos de diferentes procedencias como el pismaniye, un dulce turco de caramelo hojaldrado que se asemeja a una melena platino al viento –»Por su textura, podríamos llamarlo simplemente Marilyn»–; el fudge, un caramelo cristalino hecho en Estados Unidos y muy tradicional en Inglaterra y Rusia; las bolas de coco de Brasil o los caramelos duros de limón y sal Maldon, vainilla y pimiento o menta y miel, procedentes de Dinamarca.
En Çukor siempre están en continua investigación: «Recuperamos recetas antiguas, de otros países, e intentamos que nuestra tienda sea un laboratorio de dulces». Así, buscan nuevas recetas y productos para experimentar pero con un objetivo claro: “Trabajamos con colorantes naturales procedentes de la fruta y tratamos que nuestras esencias y materias primas sean lo más natural posible». También hay que destacar que sus caramelos son aptos para celíacos y vegetarianos e, incluso, tienen caramelos que ellos llaman «homeopáticos»: bolas de nata y limón o de nata con polvo de té verde y espirulina –»la sal de la vida»–, o con base de praliné, crema de cacao y confitura de naranja ecológica, chocolate y sal.
«Todo el proceso de elaboración es muy inmediato porque todo lo hacemos aquí, en el obrador, y a diario. Probamos cosas nuevas cada semana y el cliente también puede degustarlo y darnos su impresión al momento. Nos queda mucho por hacer, es un mundo enorme. Estamos en el 1% de lo que se puede hacer. Hay infinidad de maneras de trabajar el azúcar. Así que, cuanto más investigamos más cosas queremos probar y más nos damos cuenta de todo lo que nos queda por hacer»
Si al acabar de leer este post se te hace la boca agua, cómprate un dulce, que hoy te has portado muy bien.
De martes a viernes de 14:00 a 21:00
Sábados y domingos de 12:00 a 21:30.
cukor.es
Texto: Alba Yáñez
Fotos: Beatriz Janer