Cunini, donde el mar va directamente a la mesa

La Plaza de la pescadería acoge desde hace 70 años al Cunini, un local de tradición mediterránea con un equipo que lleva 22 años detrás de una barra y una clientela que sigue confiando en que el Cunini siempre es un acierto.

Si el Cunini necesitara presentación, ésta empezaría con: institución granadina. Cuando hace 30 años cuatro de los empleados y ahora socios, tomaron las riendas de este restaurante no creyeron que a día de hoy pudieran decir haber alcanzado un sueño. Hacer las cosas con compromiso, respeto y humildad les ha dotado de un reconocimiento en la ciudad y por supuesto, entre su comensales.

Su localización ha colaborado en su buena salud. A los pies de la Catedral de Granada, colindante a la Plaza de la Romanilla y con el traqueteo propio de una calle comercial como Mesones, el Cunini puede presumir de un baile constante de personas a las que le gusta el buen comer y de un “sin reserva, no hay mesa”. Atraídos por su fachada marinera, su maravillosa terraza y su local con varios ambientes; locales, foráneos y curiosos entran y se quedan. Y lo más importante, repiten.

Si hablamos de cocina, no habrá granadino que no se haya tomado una tapa de migas en su barra o que no haya celebrado alguna fecha señalada con una buena mariscada en uno de sus salones. Entre otras cosas, la carta del Cunini ofrece salpicón de marisco, quisquilla de Motril, frituras de pescado, berenjenas con miel, almejas de carril, arroz con marisco o ensaladilla de gambas con salaílla. Pero ante todo, ofrece mar.

Mar que se encargan sus proveedores de traer cada día para ofrecer lo que les caracteriza: una cocina cuidada y un servicio perfectamente medido. El Cunini es garra, experiencia y respeto. Es todo lo que puedes esperar de un sitio que atiende a comensales desde que abrió sus puertas y que encima afirma que su felicidad reside en la sonrisa de los comensales.

El Cunini es un buen lugar para comer, y lo mejor, sin trampa ni cartón.