Las hermanas Azahara y Violeta Rabasco regentan un espacio con personalidad propia y una carta prolífica de desayunos perezosos y almuerzos tempranos: un brunch a la andaluza a base de ingredientes kilómetro cero.
En Desal el brunch pierde su cariz anglosajón para convertirse en una oda a los productos malagueños. “Hemos especializado el concepto de brunch y lo hemos traído a Málaga con un precio asequible y con productos de proximidad, aunque nos salgan más caros”, afirma Azahara, la mayor de las hermanas.
Así, las mañanas llegan a sus mesas repletas de molletes de Antequera, aceite de oliva virgen extra de la provincia, huevos de Coín y un generoso aguacate de la Axarquía para saciar el apetito de amigos y vecinos a los que las dos jóvenes saludan con desenfado y total confianza desde detrás de la pequeña barra del local.
La suya es una carta provocativa y algo gamberra en la que la cantidad de opciones puede llegar a resultar abrumadora. Zumos recién prensados que llevan el nombre de sus clientes habituales, batidos caseros, variedad de tostadas con diferentes tipos de pan e ingredientes, bocadillos, ensaladas, huevos y boles de yogur y frutas de temporada se combinan a gusto del comensal en combos y menús que no alcanzan los 8 euros.
Los huevos “camperos, de gallinas felices”, ingrediente del brunch por antonomasia, se presentan en revuelto, escalfados o en formato ‘Benedict’ que Violeta prepara a base de microondas, sí, microondas, en una pequeña cocina a la vista. Al contrario de lo que pudiera parecer, resultan jugosos y más aún si van acompañados de una correcta salsa holandesa y unas patatas baby aliñadas en su justa medida.
Otro ejemplo: el cruasán de pollo, uno de sus platos más demandados. Una pareja imposible pero sorprendentemente resultona de sabores salados y dulces aderezados con aguacate, brotes tiernos y aceite de albahaca. Desal en estado puro.
Los más clásicos se acabarán en dos bocados su ligero mollete con tomate y aceite Heroína, un hojiblanca de creciente intensidad en boca con un ligero toque picante producido por la misma familia. Entre las opciones vegetarianas destaca el uso del mango de la cercana Costa Tropical que anima el brunch que lleva su nombre: una tostada integral ecológica con aguacate y mango a la que la zanahoria aporta el punto crujiente y las semillas tostadas profundidad. Un acierto. Sirven un buen café a pesar de que no son un specialty coffee.
Lo más granado de la ciudad se rifa las pequeñas mesas de su terraza o de su singular interior para disfrutar de su original propuesta. Y es que en una época en la que los locales de comida saludable se propagan por los barrios de moda como sacados de un mismo modelo prefabricado, Desal ha irrumpido con fuerza en el centro de Málaga con su eclecticismo y sus pinceladas excéntricas y sobre todo, genuinas.
Luces de neón, souvenirs de la Costa del Sol y tapices de macramé tejidos en casa se distribuyen en el modesto espacio con un cúmulo de hojas verdes que cuidan con esmero. “Somos hijas de Wallapop”, confiesa Azahara, la mayor de las hermanas, escaparatista profesional que volvió de Barcelona tras picar en el anzuelo que le lanzó su madre desde Málaga cuando encontró el local que ahora ocupa la cafetería. Violeta, maestra de primaria, le siguió desde Londres donde trabajaba como au pair.
La autenticidad forma parte del escenario sobre el que trabajan estas malagueñas que sin experiencia previa en la hostelería han sabido defender un proyecto propio. “Quien me conoce y entra en Desal por primera vez no deja de decirme que soy yo, que Desal es mi exacto reflejo. Por eso no tenemos competencia en la zona, entre tanta franquicia”.
Dirección: Calle Nosquera, 2, Málaga
Horario: De miércoles a lunes de 09:30h a 16:00h. Martes cerrado.
Precio medio: 7 euros
Texto: Lakshmi Aguirre
Fotos: David Triviño