Detapaencepa, el mejor producto gallego expuesto de la manera más cuidada

Cuando hablamos del concepto en un restaurante, nos estamos refiriendo a la suma de ciertos factores e ideas que se plasman en un proyecto. La cocina es, sin duda, la parte más importante, pero para que una experiencia gastronómica sea plena, tiene que estar rodeada de otras variables como, el ambiente, la calidez y la calidad del servicio, la temperatura, la confortabilidad, etc.. Detapaencepa de Oscar Cidanes recoge esa suma de elementos tan valorados en la restauración tradicional y los actualiza para crear una fórmula eficaz en todas sus vertientes. El restaurante comenzó su andadura en el año 2006 y en todo ese tiempo se ha convertido en una de las propuestas más regulares y fiables de la gastronomía gallega, se podría decir que toca diferentes palos con la asombrosa virtud de alcanzar siempre un nivel excelente. Para llevar a cabo la experiencia, es muy recomendable reservar con la máxima antelación posible porque el restaurante suele tener el aforo completo.

Esta situado en la céntrica calle Ecuador de Vigo, en el tramo opuesto a la bulliciosa Gran Vía, lo que le da un aire de serena tranquilidad que contrasta con el nervio que se percibe dentro del establecimiento. La estructura del edificio divide el local en dos alturas lo que permite crear dos ambientes totalmente diferentes. En la zona inferior, donde se recibe al cliente, nos encontramos con la barra, una mezcla de mesas altas y bajas, lo que provoca una zona más propicia para el tapeo y los vinos por copa. El piso superior aparentemente es más formal, gracias a una preciosa sala con paredes de piedra, grandes ventanales y una combinación de mesas cuadradas y redondas con un montaje de corte clásico. Sin embargo, y esa es una de las fortalezas del concepto, la carta, las recomendaciones del día, el rigor y la disciplina son las mismas para los dos espacios, de manera que es el cliente el que decide dónde le apetece estar en función de lo que requiera la ocasión. Un ambiente y servicio más informal en la parte inferior o un piso superior normalmente más tranquilo e íntimo.

En función de la temporada se elabora la carta cuya fortaleza es la variedad y la potencia del producto gallego, aunque no se renuncia a la aportación de productos de otras zonas de la península siempre y cuando el género esté a la altura. Las creaciones se proponen tanto en un formato de tapas con sus variedades de tostas, quesos y ensaladas, o en formato tradicional con los platos de cuchara, las carnes, la pasta y los pescados que destacan en su mayoría por la perfección de sus emplatados. La demanda diaria en el restaurante permite ofertar variedad de producto fresco de la mayor calidad y así cada jornada se proponen varias recomendaciones fuera de carta, siempre con el predominio de los pescados de las rías gallegas. Entre semana existe también la posibilidad de decantarse por la rapidez de un menú diario o por la versatilidad de un menú gastronómico.

Es toda una experiencia dejarse aconsejar y deshojar las sugerencias del personal, para terminar eligiendo delicias como almejas gallegas a la sartén o berberechos al vapor y seguir con más entrantes autóctonos como chocos de la ría con pesto de rúcula o el salpicón de rape, vieira, gambón y mejillón. Comentábamos que se puede ir con la idea de compartir tapas/raciones al centro de la mesa, aunque es casi imposible decir que no a platos como el tronco de lubina al vapor con espuma de patata y verduras o su ya famosa paletilla de lechazo. En este apartado también destacan la merluza a la plancha con patata rota, manzana crujiente y tomate dulce, el lenguado grande troceado y frito o las carrilleras de cerdo ibérico estofadas. La repostería en la misma línea impecable y presentada de diez.

Otro rasgo diferenciador del restaurante es la selección de vinos, la bodega y la importancia que se le da a este apartado, hasta el punto de que Oscar Cidanes, el creador del invento, fue elegido mejor sumiller de Galicia en el año 2009, lo que añade curiosidad e interés en el comensal por escuchar los consejos y las explicaciones sobre la selección de vinos y sus maridajes. Esta dedicación y entusiasmo por el mundo vinícola contagian todo el proceso y condicionan la atmósfera del local. Hay predilección por vinos que reflejan la personalidad y la identidad de los pequeños productores tanto nacionales como foráneos, pero también hay hueco para los grandes clásicos y sus reconocidas etiquetas. Detapaencepa es ya toda una institución en Vigo.