Ruzafa es el barrio valenciano de moda, de eso no nos cabe la menor duda. Y de lo que tampoco nos cabe duda es de su amplia y variada oferta gastronómica y sobre todo, su ambiente único. Compartiendo espacio con el Mercado de Ruzafa y la Parroquia de San Valero se encuentra Doña Petrona, un local fresco y dinámico donde las puertas están siempre abiertas y su cocina siempre en marcha.
Doña Petrona se define como un espacio gastronómico donde España y Argentina viven un tórrido romance, donde ambas gastronomías conviven gratamente, pero sin entremezclarse, un lugar donde se puede degustar de la “cocina de allá y de acá”.
Germán Carrizo y Carolina Lourenço, agrupados como Tándem Gastronómico, son las cabezas pensantes de esta casa de comidas. Después de consolidar Fierro, junto a su buen hacer en los fogones y su talante, nació Doña Petrona, una muestra de cariño a la cocina de esta tierra y a la de sus queridas Mendoza y Córdoba. Pero también es una manera de agradecer a este barrio y a su gente.
Este restaurante es una alternativa más desenfadada, donde los platos tiran de memoria, de los orígenes y la sencillez, de la cocina casera y de fondo, de aquellas que preparaban sus abuelas y reunía a la familia en torno a la mesa. Donde los comensales pueden degustar de una comida rica y sana elaborada con materia prima de calidad procedente de la terreta.
De la carta, sencilla y llena de sabor, cuesta quedarse con sólo algunos platos. Empezando por allá, no te puedes ir sin probar unas deliciosas empanadas de secreto ibérico, mendocina, vegetal o de jamón y queso. Continuando con algo más mediterráneo, tataki de atún con pisto donde el producto es la estrella. Para los más carnívoros dos opciones que no dejan indiferente: el pan de cristal con molleja, ajo tierno y chimichurri, un guiño al asado argentino; y la milanesa a la napolitana con papas fritas, un espectáculo. Para terminar, la parte dulce comandada por Carito, nos propone un profiterol casero con chocolate caliente, ¡una auténtica bomba para los más golosos! Y no podrían faltar unos tradicionales alfajores, la parte más dulce de allá.
Pero Doña Petrona es mucho más que comer; es un espacio abierto al que se puede ir a cualquier hora. Empezando por un buen desayuno con pan artesano, una merienda con amigos o esa tapita para después del trabajo que sabe a gloria.
Conversar con Germán y Carito es todo un subidón que te contagia. Esta pareja no puede disimular su pasión por la cocina, por reinventarse cada día y su afán por demostrar que el esfuerzo y el trabajo bien hecho siempre dan buenos frutos. La mejor prueba de ello es esta casa de comidas donde la gente del barrio y los turistas comparten mesa y mantel.
C/Calle Pedrera, 5 46004 Valencia.
Horario: De martes a domingo de 10.00h. a 00.00h.
Texto: Verónica Polo
Fotografías: Laura Torres