Justo al lado de Benzina, en el mítico barrio de Sant Antoni, nace Doppietta, un restaurante que imita a la clásica ‘salumeria’ italiana de los 40 y que al igual que su hermano mayor, están inspirados en el mundo del automóvil, no es casualidad que el local era un antiguo taller mecánico. En esta ocasión, las paredes de Doppietta nos trasladan a la mítica carrera de resistencia, la Mille Miglia, disputada en 24 ocasiones entre 1927 y 1957, con salida y llegada en Brescia pasando por Roma, y es desde esta región dónde comienza nuestro viaje gastronómico. Nicola Valle, chef y copropietario junto con Badr Bennis, ha sabido plasmar su Brescia natal a un local y una carta que sorprende al alejarse de la oferta italiana más habitual.
Gran variedad en la selección de entrantes y platitos para compartir. Comenzamos con una tabla de seis quesos y embutidos, acompañados de unos encurtidos perfectamente alineados, con especial mención al puerro de tudela del año pasado, una delicia. Cabe destacar que la variedad de quesos y embutidos es muy amplia, eso sí, no esperes encontrar nada que no sea italiano, ya que como en España, la variedad es muy amplia. Destacamos embutidos de elaboración propia como el prosciutto, salame toscano, pancetta al pepe, coppa, culatta, mortadela… y quesos como el peccorino toscano, parmegiano reggiano, caciotta di capra, caciocavallo, fontina o el camembert.
Seguimos con unas cremosas croquetas de grana padano con mayonesa de trufa, una de las opciones que más salen de la cocina de Doppietta.
Ya seas de pasta o antipasti, ambas opciones están más que cubiertas en la carta, como opción principal hemos disfrutado de unas maravillosas berenjenas a la parmesana con la cremosidad que aporta el queso stracciatella, y unos cavatelli con ragú blanco de pollo y queso pecorino, solo podemos definirlo con dos palabras, ¡de locos!
Otros platos con los que seguir alucinando con su carta son los ravioli de setas, los gnocchi de cuatro quesos, la polpetta de ternera o el spezzatino, un estofado rojo de ternera con patatas.
Acabamos con un clásico que no puede faltar de postre en cualquier restaurante italiano, el tiramisú, aunque también puedes disfrutar de la tarta del día, salame de chocolate o el milhojas, todos caseros y muy interesantes, recordando al típico postre que disfrutas en casa de la abuela.
Y si la charla se alarga, no puedes irte sin conocer su coctelería, con una rica variedad de opciones, que valen la pena degustar junto a la parte gastronómica que ya presentamos.
Para finalizar, cabe destacar que todos los domingos, y desde marzo también los sábados, el fantástico brunch all’Italiana, sin ninguna duda una de las opciones que más de moda se está poniendo en Sant Antoni, completo en todas las fechas que se ha celebrado. Podrás degustar todo lo que quieras, tanto platos fríos como calientes, con una bebida incluida por tan solo 25€ por persona, un precio muy razonable y que os recomendamos hacer en grupo, las risas y tripa llena están más que garantizadas.
Dirección: Passatge de Pere Calders, 4
Horario: miércoles y jueves de 19:00 h a 00:30 h. Viernes y sábados de 13:30 h a 01:00 h. Domingo de 13:30 h a 17:30 h
Precio medio: 30€
Precio buffet: 25€
Texto: Jose Domínguez
Fotos: cedidas por el restaurante