Panadería Du Pain et des Idées

En París hay panaderías que venden pan y hay panaderías que hacen soñar. Du Pain et des Idées es de las segundas.

Situada muy cerca de la plaza de République y el canal Saint Martin, parece que críticos, parisinos y turistas están de acuerdo en que esta es probablemente la mejor panadería de París. Y eso son palabras mayores.

Christophe Vasseur se dedicaba al mundo de la moda cuando un día, al llegar a la treintena, decidió dejar su cómodo trabajo para dedicarse profesionalmente a un oficio que le había cautivado desde pequeño: el pan. Su aspiración iba más allá de ser panadero, quería ser el mejor. Y lo cierto es que no tardó mucho en colarse en la élite del oficio.

Su clientela es una mezcla de turistas y parisinos y la cola ante su puerta es diaria ya desde primera hora. Se distingue bien a los turistas porque es fácil adivinar en su rostro el entusiasmo de quien sabe que está en un buen sitio. Y sobre todo, porque muchos no compran un par de cosas sino que cargan. Pain des Amis, escargots, croissants, brioche… un poco de todo, no se quieren perder nada.

El Pain des Amis es seguramente la obra maestra de Vasseur. Horneado siguiendo la forma de un rectángulo muy alargado, este pan que se vende al peso tiene toques ahumados y es bastante plano -tiene como cuatro dedos de alto-. El Pain des Amis es un homenaje a la paciencia, a las cosas hechas con amor y tiempo. Vasseur dice buscar dar una felicidad intensa con algo tan simple como un trozo de pan. Y sí, lo consigue.

Además del pan, en Du Pain et des Idées también tienen deliciosas tartaletas coronadas por frutas de temporada, como higos, caracolas de frambuesa o de pistacho, pan de brioche que se puede comprar al peso y clásicos como croissants y pain au chocolat cuyas infinitas capas dejan ver el talento de las manos que hay detrás. También tienen bocados salados como rollos de beicon.

Por si todo esto fuera poco, la panadería se encuentra en un edificio de 1889 y algunos de los muebles e interiores son tan antiguos como el mismo edificio. Resumiendo, es un pecado ir a París y no hacerle una visita.

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