Eat 17

Eat 17 ofrece comida británica con un toque internacional en el este de Londres.

Los hermanos O’Connor comenzaron su aventura en su Walthamstow natal, en el noreste de Londres, cuando compraron la típica corner shop y la convirtieron en una tienda de comestibles que ofrecía pizzas y burgers artesanas. No mucho después de su cocina salió el que hasta la fecha es su producto estrella, una salsa que llamaron ‘Bacon Jam’. Chris, chef de profesión, la ideó mientras experimentaba para mejorar la receta de las hamburguesas que ofrecían. La aceptación de su salsa, una mezcla de mermelada de cebolla y bacon ahumado, ha sido tal que ahora se vende en tiendas como Selfridges.

Según Chris, llevaban tiempo buscando un local por la zona de Chatsworth Road en Hackney cuando se decidieron a coger las riendas del antiguo Brooksby’s Snooker Hall, una sala de billares que en 1914 abrió como “The Electric Cinema”. El restaurante comparte una de las entradas con la celebrada tienda de comestibles y con el burger bar del piso de abajo, todo llevado por la misma familia. Sin embargo, los ambientes no tienen nada que ver. La decoración del restaurante, en el piso superior, parece sacada de una novela de Fitzgerald.

Chris se sale del sota, caballo y rey de los bistros del estilo para ofrecer un menú elaborado y cosmopolita, con ingredientes locales, a un precio razonable. Las ubicuas hamburguesas sorprenden con mezclas poco vistas, como la hamburguesa de pollo con crema agria, coles, alioli, salsa de tomate y jalapeños o la de cerdo, con mermelada de chorizo, manchego curado y espinacas.

Los entrantes beben de diferentes culturas. Desde noodles con puerros y champiñones con salsa picante casera y cacahuetes, pasando por la sopa de calabacín, hasta jamón, achicoria roja, apio, cacahuetes y rosa mosqueta y sherry.

Personalmente el chef recomienda al comensal poco habitual el cordero a la parrilla con espinacas al comino, yogur y berenjena. Un plato no muy abundante de deliciosa carne rosada y tierna.

Merece la pena probar la única opción vegetariana en los platos principales, el brócoli con chalota, yogur de limón, repollo y huevos. Asimismo, el bacalao con corteza de dukkah, puré de remolacha y verduras es un plato que no defrauda.

El brócoli en tempura, con granada y salsa de soja es el acompañante más destacado y una buena opción para los que no son muy fans de esta verdura, ya que su sabor está prácticamente camuflado. De los postres Chris recomienda el pudding de banana con natillas. Los helados caseros son también una apuesta segura.

Asimismo, merece la pena navegar en la barra por su apetecible lista de cócteles y pasar un rato disfrutando del ambiente del local.