El Mercat abrió sus puertas hace un año en el centro de Barcelona, destacando por su gran carta de tapas y platos de cocina tradicional mediterránea preparados al momento. La intención de sus creadores es dar de comer como a ellos les gusta comer, y lo mejor, a un muy buen precio.
Sin duda la mesa más atractiva del local es aquella que se encuentra al lado del gran ventanal, desde la que se puede observar en detalle los movimientos de la cocina y el servicio que se mueve con simpatía. Justo en frente se sitúa una gran barra circular que invita a sentarse y pasar horas mirando el entrar y salir de vecinos y turistas, con ansias de ser agasajados por un gran festín.
El lugar es amplio, luminoso y da ganas de quedarse. Un espacio en el que la parada de charcutería se lleva todos los premios. Desde allí se prepara el solomillo de salmón ahumado o las butifarras blancas de pagès, que salen al momento de ser pedidas. A pocos metros, captando la atención de todos los comensales, el obrador se encuentra a la vista donde se cuecen los manjares de este noble restaurante.
Comida simple, fresca y con buena materia prima, son las palabras que definen El Mercat según Eduardo, uno de sus fundadores. Por ello, su menú es el fiel reflejo de ese concepto. El tartar de atún rojo con guacamole ha sido nombrado como una especialidad de la casa. También destaca la perdiz a la vinagreta, un plato bien logrado y no tan visto en otros restaurantes de Barcelona. Opciones como el pulpo a la plancha con papada de cerdo o las clásicas patatas bravas con un alioli casero suman aciertos; así como los dados de bacalao con tomate y Kalamata son un must que no se deben dejar pasar.
Hay para todos los gustos. Para quienes quieran cuidar la silueta, ensaladas y platos más livianos o un menú que cambia a diario según productos del mercado. Todo ello acompañado de una carta de vinos y cavas acotada pero con enunciados atractivos.
El Mercat es un punto de referencia para compartir entre amigos y reuniones de negocio, con un clima distendido e informal pero con un menú amplio a un precio moderado para todo lo que contiene.
La nota de color: las pizarras donde se anuncia el menú fueron diseñadas con un toque de jovialidad por uno de los hijos de los fundadores.
Sin duda, una recomendación que no podéis dejar de probar es el rabo de toro o el cochinillo crujiente con 6 horas de cocción, un manjar para el paladar.
Horario: Abre todos los días de 13hs a 23hs en servicio continuo
Tel. +34 93 597 01 54
Texto: Ivan M. Frutos
Fotos: Uxía Estévez