En la antigua ciudad fenicia de Sexi (hoy Almuñécar, Costa Tropical granadina) y difuminado entre las callejuelas de paredes blancas encaladas que serpentean desde su plaza principal, se erige el Palacete del Corregidor: una pequeña joya del siglo XVII que atesoró las funciones administrativas y judiciales en la época del mandato de los Reyes Católicos durante el Reino de Granada. Su torreón alberga el Mesón de La Corregidora, un espacio abierto a la brisa mediterránea, que escalando el desnivel, deja adivinar la línea del mar de un vistazo en una panorámica excepcional.
No existe carta donde elegir, pero se ofrece un menú que muta cada día y que surge de forma espontánea en unos fogones que no conocen límites, al más puro estilo de las fondas de antaño, que basaban su oferta en los caprichos del mercado diario. Se percibe la naturalidad en los detalles que componen el salón abierto: cervezas artesanas, agua mineral natural carbónica de manantial, azúcar panela ecológica de Colombia en azucarero, frutas, flores y música de tambores que parece conducir al comensal hasta su mesa, casi de forma ritual.
La cocina de Encarni está marcada por la filosofía slow y las enseñanzas de su abuela, quien le transmitió el gusto por perseguir sensaciones a través de la comida: sabores puros sin florituras, explosivos en color e infalibles en sabor. Huyendo de la terminología sin alma, cada plato es una interpretación muy personal de los sabores lejanos y exóticos que componen el imaginario colectivo, como la sopa etíope de yogur y remolacha.
El mercado de Abastos sexitano provee a La Corregidora del pescado salvaje más fresco de la lonja: bacalao a la crema con alcaparras o salmón con canela y lima. Cada menú diario incluye un entrante y un principal vegetariano, donde las croquetas de hortalizas y el pastel de berenjena se convierten en un gran acierto.
Los postres son tan variados como auténticos, y salen uno a uno de las manos y el corazón de la chef: pasteis de Belem de crema y hojaldre o mousse de limón con grosellas. Por si fuera poco el atractivo del lugar, el equipo organiza veladas literarias y recitales de poesía erótica en los que la atmósfera relajada y fresca llama a ver la puesta de sol, y a acompañar la sobremesa con un té moruno que nos transporte a otro tiempo.
Mesón de la Corregidora
Calle Escamado 5/7, Almuñécar (Granada)
Precio Medio: 20 euros/persona
Texto: Ángela Ruiz
Fotos: Iuliana Dragoi