Hay pocos planes que superen irse de picnic. Tiene algo especial, entre pastoril, cutre y con algo de clase, que lo convierte en el formato más versátil de las comidas de verano. Están los que se lo montan como Audrey y Gary en Ariane, con botellas de champán y orquesta; y los que son fieles al tupper y a los cubiertos de plástico (bueno, ahora de madera o biodegradables, que toca renovarse), llevan la tortilla de papá y unas latas de cerveza. Seas de un estilo u otro, hoy te traemos la guía definitiva para que todos tus picnics sean un éxito. Porque, aunque sabemos que uno de sus mayores encantos es la improvisación, nunca vienen mal recordar algunos puntos clave.
Prepara la cesta
No hay picnic que valga sin cesta de mimbre o neverita de colores. De hecho, los expertos en el arte del preparar este evento campestre solemos llevar una de cada: una para el menaje y la otra para conservar la comida fría. Puedes también hacerte con unas placas congelables y colocarlas estratégicamente en la cesta junto con la bebida y la comida.
Elige platos, cuencos, vasos y cubiertos que pesen poco. Aunque solemos tirar de plásticos de un solo uso, puedes optar por una opción más limpia y sostenible, como menaje de cartón o de fibra de bambú reutilizable. * NOTA * Coge más servilletas de las que crees que vas a necesitar.
Respecto a la manta, sólo hay un criterio válido: cuanto más grande mejor. Si luego además es de cuadros de vichy o estampado de flores, tus fotos quedarán de película.
La comida
Es el motivo central del plan. A su alrededor se organiza el resto del mantel, se eligen los sitios en el suelo (todos sabemos que hay que sentarse lo más cerca posible de la tortilla de patata) y se crean la magia característica de un día de picnic: absolutamente todo es para compartir. Los platos que van de un lado a otro, el “pásame una de tal” o “acércame otra de esas”, las sobras que acaban siendo merienda.
A la hora de elegir qué comida meter en la cesta apunta el siguiente leitmotiv: cuanto más simple, mejor. Sigue la ley del picoteo: frutos secos, embutidos, quesos, fruta, galletas saladas. Escoge comida que pueda dividirse con facilidad, como una empanada, tortillas, focaccia, una quiche o una coca de verduras. Otra opción es preparar porciones individuales fáciles de comer; empanadillas, sándwiches, saladitos… Los días son siempre un acierto seguro, desde el clásico hummus o guacamole, hasta algunos más innovadores como el de salmón, de pimientos asados o de berenjena. Y las eternas aliadas del picnic, las ensaladas. En un recipiente grande con dos cucharones para servir es un centro de comida perfecto. Sea cual sea tu elección nosotros te damos un consejo: lleva el aliño en un bote aparte para echarlo al momento.
No nos olvidamos del postre, una tabla de quesos y fruta hará la función, y si te quieres lucir un poco más, llevar una gallete de frutas te coronará como el rey o reina del picnic.
Escoge el spot
Estés donde estés, playa, montaña o el parque de al lado de tu casa, busca un lugar amplio, sin mucha inclinación. Y si consigues dar con una sombra grande y suelo mullido, no tardes extender el mantel y ¡delimitar el perímetro!
Últimos matices
Ya sólo te queda mandar un whatsapp, proponer un punto de encuentro y empezar a preparar la cesta. Y recuerda antes de salir revisar que lleves suficiente agua, bolsas de basura y un abridor de botellas (de ese no te acordabas, ¿eh?)
Texto: Claudia Polo Barrachina
Fotos: Anel González y Anika Stieling
Foto portada: Banco de imágenes