En las oscuras colinas de pizarra del Priorat (Tarragona) y en una zona de viñas de más de 80 años, se esconde, perfectamente integrada en el paisaje, la bodega de El Lloar de La Familia Torres. Los viñedos que crecen en esta zona de clima seco y templado, se sitúan en escarpadas laderas de llicorella -llamadas costers– en las que la vendimia solo puede realizarse a mano. Todo este conjunto de características hacen que los vinos que de aquí se obtienen, sean reconocidos por su gran calidad.
Los monjes cartujanos fueron los primeros en plantar vides en el Priorat. Pero la historia no sería del todo completa sin el esfuerzo que durante los siglos posteriores, los hombres y mujeres de los pequeños pueblos del Priorat, aplicaron al duro trabajo de una tierra tan complicada como esta. El precioso paisaje del Priorat, todo un mar de colinas de cepas viejas y olivos, es posible gracias a ellos.
La Familia Torres recoge la esencia de estas tierras en tres grandes vinos*: Perpetual, Salmos y Secret del Priorat. Perpetual es intenso y con carácter, capaz de vencer al tiempo, obtenido de viejas viñas de cariñena y garnacha. Salmos es un homenaje a los monjes cartujanos, un elegante vino de las variedades cariñena, garnacha y syrah. Y Secret del Priorat es un vino dulce de cariñena y garnacha nacido de un error, a partir de unas uvas sobremaduradas que no se habían recogido durante la vendimia.
Es fascinante que de una tierra tan pobre se pueda obtener una riqueza natural tan grande, concentrada en unos pequeños y delicados frutos. La sabiduría y trabajo de las generaciones que cultivaron estas laderas nos dejan su mejor legado en los vinos del Priorat.
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Texto: Gemma García
Fotos: Anel González