El quinto toro, una taberna con más de 71 años de historia en Almería

Si le preguntas a un almeriense qué tapa se toma a las 13.30, te contestará: unas patatas con huevo frito y pimentón de El quinto toro.

La taberna El quinto toro, o lo que es lo mismo, la casa de la familia Leal, es uno de los locales más emblemáticos de la capital almeriense. Sus más de 71 años de historia se respiran en cada rincón y bocado, y su culto a la tapa sigue sirviéndose de la mano de la segunda y tercera generación. Sus azulejos típicos andaluces, su vitrina con parte de su carta y su barra de madera son un clásico en las tabernas sureñas, por lo que adentrarse a pedir la primera ya hace que te empapes del ambiente andalusí.

La calle donde se ubica, cargada de memoria y con el propio nombre del fundador desde 1994, era punto de referencia cuando en años de alhóndiga los vecinos de la provincia se desplazaban hacía la capital. Lo que hoy se traduce como la excusa perfecta para tomar la tapa del mediodía, cuando se sale del mercado central tras hacer la compra, era y sigue siendo un punto de encuentro entre amigos para hacer un canto a la vida.

Para placer de los visitantes sus platos se elaboran cada día a fuego lento en las pailas de la calle contigua, bajo las manos de Carmen y Reyes. Su público lo sabe y lo valora, de ahí que en un mismo espacio convivan todas las edades alrededor de una buena tapa de albóndigas o fritada de lomo.

Su cocina, empoderamiento de las mujeres de la familia, sigue bailando entre los platos tradicionales de cuchara de la tierra y tapas frías y calientes. De lunes a jueves, dos platos diferentes fuera de carta (uno de ellos siempre de cuchara), los viernes y sábados, arroz (con pulpo y con costillas respectivamente); y de forma perenne una carta con un sinfín de maravillas a cuál más deliciosa.

Entre éstas destacan: el remojón de San Antón, la ensaladilla rusa de Almería, el tomate Raf con melva, la palometa ahumada, el pulpo con alioli, la mojama de atún o la hueva seca de maruca con almendras fritas. Y por supuesto, las patatas a lo pobre con huevo frito y pimentón y el arroz.

Además, por suerte todo tiene su versión ración, y por suerte también cuentan con una terraza en una calle peatonal donde disfrutar el sol de los fandanguillos. El quinto toro incita a pedirse una tras otra, así que solo toca ponerse cómodos y no parar de pedirle a Curro, Manolo y José Luis.