Hay detalles que marcan la diferencia. Si nada más entrar por la puerta de un bar buscas dónde sentarte y te dicen que guardes tu abrigo y bolso en una caja de cartón que va a hacer las veces de asiento, ya empiezas la experiencia en Parking Pizza una sonrisa.
Marcos y Berta, los propietarios, llevaban trabajando en hostelería más de 15 años cuando decidieron tomarse un año sabático. Después de ese periodo -de descanso y de reflexión- se lanzaron con su propio proyecto que, según ellos, no iba a ser estrictamente un restaurante de mesa y mantel. “Lo que hemos hecho es un bar o local de pizzas, no un restaurante” comenta Marcos. Durante el año sabático hubo tiempo para todo, sobre todo para viajar, como nos explican “se aprende mucho a través de los viajes, hay ciudades que van por delante nuestro y eso te abre la mente y te enriquece mucho a la hora de tener tu propio negocio”.
Desde la calle uno pensaría que Parking Pizza debe su nombre a haber pasado a ocupar un antiguo garaje, pero en realidad este espacio era anteriormente un bar. “Hemos diseñado el local como si fuera nuestra casa, a nuestro gusto” añade Marcos. El nombre del bar escrito de manera improvisada sobre el cristal del local por el artista Emilio Lekuona se ha trasladado sin más al resto de la imagen gráfica. En el bar hay únicamente tres mesas grandes en las que los clientes comparten espacio. El horno de leña y el área de trabajo del pizzero y de Berta es visible desde ellas, así como la trasbarra que utilizan los camareros. Y como en el caso de la decoración, la oferta gastronómica también se reduce a unos básicos, 4 aperitivos, 3 ensaladas y 8 pizzas. “Ya que haces poco, ¡hazlo bueno!” comenta Marcos. Hacer una carta escueta no debe estar reñido con la calidad de lo que se ofrece, para ello, Marcos y Berta buscan -literalmente- el mejor producto posible. Tanto es así que aquí los platos se presentan solos en la carta porque son sus ingredientes los que les dan nombre. Aquí no hay “nombres propios”. Olvidaros de las Margaritas y las Napolitanas.
La burrata, que en la carta es simplemente “burrata”, es en realidad stracciatella, el relleno de la burrata y es, también, simplemente deliciosa. Siguiendo con los aperitivos, en Parking Pizza sirven la bresaola acompañada de pequeños trozos de apio que aportan muchísima frescura al embutido. Y al llegar a las pizzas, cuesta decidir. Con una masa perfecta -ni extremadamente fina, ni demasiado gruesa- los ingredientes no podían ser menos: tomates asados con tomillo, pesto y hojas verdes; peperoni, tomate y flor de hinojo; sobrasada picante, taleggio y tomillo; solo por citar tres. Puedes acompañar todos estos platos de zumos naturales, y finalizar por todo lo alto con un riquísimo helado artesanal de avellana o pistacho entre otros.
En este bar de pizzas hay cero formalidades. Es uno de esos sitios en los que se disfruta más comiendo con las manos. Como en muchos otros bares, tampoco hay posibilidad de reservar, así que mejor ir pronto. Y si no hay sitio, siempre podréis optar por llevaros una rica pizza a casa.
Parking Pizza
Teléfono: 93 633 96 45
Horario: Lunes a Domingo, 13:00 – 16:00 y 20:00 – 23:00
Precio medio: 20 euros
Texto: Gemma García
Fotos: Cecilia Díaz Betz