Estel Solé es una joven poeta, dramaturga y actriz. Conocida por su obra de teatro «Animals de companyia», sus libros de poesía «Dones que somiaven ser altres dones» ( Ganador del premio Amadeu Oller), «Si uneixes tots els punts» y su novela «Si no puc volar». Estel es una mujer emprendedora, persistente y sobre todo luchadora, a la que le encanta rodearse de sus amigos y qué mejor ocasión que en su 30 cumpleaños para reunirse con muchos de ellos en la montaña y disfrutar de una buena comida maridada con el vino ecológico de Bodegas Torres, Bellaterra de la D.O. Penedès, y con un Albariño, Pazo das Bruxas.
En este reportaje la acompañamos en un día tan especial para ella donde nos cuenta su amor por sus amigos y la gastronomía.
¿Por qué decidiste celebrar tu 30 cumpleaños con una barbacoa en la montaña?
Me apetecía salir de la ciudad. Y ¿qué mejor ocasión que la celebración de mi cumpleaños con amigos? La montaña dilata el tiempo y te relaja.
¿Te gusta ser anfitriona?
Me encanta, pero sufro mucho. Quiero que todo el mundo esté a gusto, que todo esté preparado. Me siento responsable de todos y me cuesta relajarme. Pero a medida que monto saraos, voy aprendiendo a ser anfitriona y a disfrutar de la fiesta.
¿Cuál es el plato que nunca falla cuando tienes invitados a cenar?
No tengo un plato fijo. Siempre estoy inventando y cambiando. Pero si se trata de una comida, mi plato estrella es el risotto. Hace tiempo que lo hago y me siento segura al cocinarlo.
¿Dónde te gusta hacer la compra?
Me encantan los mercados y los supermercados. Cuando la economía lo permite voy mucho a Obbio, a Veritas, y a Biospace. La calidad del producto lo es todo. Y si pueden ser productos eco libres de pesticidas y químicos, mejor.
¿Qué es lo que siempre encontraremos en tu nevera y lo que nunca verás en ella?
Calabacín y zanahorias, siempre. Nunca: Coca-Cola.
¿Qué recuerdos familiares tienes entorno a la comida?
Mi familia tenía una masía a las afueras de Masquefa. Durante mi infancia solíamos ir ahí muchos fines de semana. Los sábados y los domingos por la mañana, mi tío, mi abuelo, mi abuela y mi padre se pegaban unos desayunos triunfales: tortilla, sardinas a la brasa, pan con tomate, butifarra, vino… Un auténtico festín. Me encantaba ver como comían con tanta pasión. Y yo feliz con mi cacho de tortilla de patatas y mi rebanada de pan con tomate.
Dinos un restaurante que nunca te falle.
Koy Shunka o Shunka, si te apetece el estilo japonés.
Fotos: Estel Solé