-Local cerrado permanentemente-
9.823. Un simple número podría ser capaz de describir una filosofía, un estilo de vida, una manera de interpretar la cocina; e incluso un restaurante, ¿por qué no?. Estos son los kilómetros que separan Final Feliç, el nuevo hogar de este matrimonio de cocineros, de Shanghai.
Una cocina de recorrido donde premia el buen producto transportada a un espacio más amplio que su ya conocidísimo Casa Xica. Se trata de un híbrido en donde intervienen ingredientes de calidad de variada procedencia. Una sinergia coherente entre productos de aquí y de allí.
Con apenas cuatro meses abiertos, Final Feliç significa eso mismo; un final feliz consecuencia de un cúmulo de buenas noticias. Nace producto de la necesidad de una ampliación de una cocina moderna y desarrollada que exigía a voces por un espacio amplio donde desarrollar sus nuevas creaciones. Origen y filosofía común visible en una oferta gastronómica de calidad.
Una necesidad innata de ampliar su espacio de trabajo que les ha llevado a concebir su segundo gran éxito. Un hermano mayor con nombre propio que arrastra la herencia de una cocina cuidada y de calidad, siempre manteniendo esos aires asiáticos.
Un espacio contemporáneo en el cual nos adentramos con la intención de disfrutar de un viaje gastronómico sin apenas movernos de la mesa. Un vuelo en primera clase sin escalas rumbo a China, el que fue el lugar de residencia de estos dos socios. El local, umbrío y a la par que acogedor, con letreros de neon y luz tenue, es un plus a esa sensación de pertenencia asiática.
Nos sentamos en su pequeño reservado y es entonces cuando comienza nuestra experiencia culinaria. Nos adentramos en un menú degustación que comienza con un atún Balfegó, una pieza sostenible presentado con un Tsukudani de shitakes, unos tirabeques y jengibres encurtidos.
Para continuar nuestro almuerzo, su Chef Pato, nos presenta un Carpaccio de piel de cerdo servido con una yema de pato curada en soja y decorado con unas navajas en semi-conserva casera ahumadas en aceite y vinagre durante una hora. Todo ello decorado con unos anacardos fritos y unos brotes de col china; y acompañado de una salsa Black Bean con toque picante.
Una Ostra del Delta es nuestro siguiente plato. Una ostra sobre un ajo blanco coreano y un Kimchi blanco de melón. Y para terminar, un Bun casero relleno de Chili Crab. Por si no era suficiente, nos sorprenden con su poste estrella. Una crema fría de aguacate, yogur y lima con una gelatina de pepino y tequila servicio con un granizado de melón, menta y brotes de cilantro. Un orgasmo gastronómico que nos deja fascinados.
Un recorrido único por su cocina más intima en un emplazamiento gastronómico que tiene mucho que contar.
Carrer del Marquès de Campo Sagrado, 27, 08015 Barcelona
Horario: Martes a sábado 13.30h a 15h y 20.30h a 23h / Lunes 20.30h a 23h / Domingos cerrado.
Precio medio: 50€/p
Menú degustación: 60€
Maridaje: 25€
Texto: Alejandro Moneva
Fotos: Anel González