Los chicos de Eureka Street Food se han arrejuntado con Juan, melómano empedernido y fanático de ese estilo californiano tan arraigado a este incansable food truck que vemos en todos los saraos.
Gringa así se llama el nuevo hogar de esta pareja de nómadas que finalmente han logrado asentarse en un lugar físico, atraídos por su objetivo de una vida sedentaria. Un titular que lucen con orgullo a puertas de este santuario gastronómico; que identifica a la perfección la influencia mexicana de Priscilla. Una mezcla de culturas alrededor de una consistente imagen femenina que describe a la perfección lo que hacen.
Un espacio amplio, lleno de luz natural y en pleno barrio del Raval donde ofrecen todo tipo de bocados de herencia californiana y latina. Aquí cada plato es meritorio de alabanza. Una carta que pretende transmitirnos ese estilo californiano por excelencia de una pareja de cocineros del mundo asentados en nuestra ciudad condal. Y de esto trata Gringa, de ofrecer bocados de herencia latina al estilo L.A. Un local que transmite buen royo, saber hacer y mucho mucho sabor.
Como si en un puestecillo de las calles de Los Ángeles nos encontrásemos, nos acercamos al mostrador y hacemos nuestro pedido mientras esperamos una cerveza bien fría. El estilo desenfadado de sus socios, una oferta gastronómica canalla y su destacado hilo musical contribuyen a ese carácter callejero que tanto reluce entre sus cuatro paredes.
Para abrir boca, el aperitivo típico de la zona latina de L.A, una mazorca de maíz cubierta en lima, queso y chile en polvo. Y como es tradición, una ronda de tacos Carnitas con mojo de cilantro; y otra de tacos Criollos con chimichurri de mango. Gringa fiel a sus raíces.
Ya ahora vamos a lo que vamos; ¡The Fried Chicken Bun! Un híbrido entre hamburguesa y bocadillo servido en pan brioche capaz de teletransportarte al mismísimo sur de California. Pollo frito, cheddar, Slaw de lombarda en lima, pepinillos y salsa chipotle. Una auténtica bomba de relojería que explota en nuestro paladar dejándonos impregnados de sabor, texturas y aromas.
El toque dulce lo pone su Piña Pa’la Niña, una piña marinada en ron con helado de coco. El punto y final a un auténtico viaje por territorio americano. Y si eres de Brunch, aquí cada finde montan un buen cotarro con música happy y una oferta Walk of Shame Brunch. Esto es Gringa, la pequeña California de Barcelona.
Carrer de la Lleialtat, 16, 08001 Barcelona
Horario: Martes a Sábado de 12 a 16 y 19 a 24 horas / Domingo de 12 a 17 horas / Lunes cerrado
Precio medio: 15€
Texto: Alejandro Moneva
Foto: Anel González