A Güeyu Mar (Güeyu significa ojo en asturiano) se va a comer pescado y marisco. El corazón de este restaurante asturiano de espíritu marinero es la parilla y sus propietarios, Luisa y Abel, están tan seguros de su producto que su carta reza “no tenemos carnes ni arroces”. Ni falta que hace. Ese fuego que Abel controla magistralmente no engaña: la calidad de la materia prima y el buen hacer del parrillero brillan en cada plato.
Considerada por muchos la mejor parrilla de pescado de España y recomendado por la guía Michelin, Güeyu Mar está en el idílico pueblo de Vega, a dos minutos andando del mar. Es fácil encontrarlo porque su fachada está coronada por un enorme rey rojo. Al entrar al restaurante nos recibe una vitrina llena de peces grandes donde el mar Cantábrico manda. Rodaballos, reyes, meros, lubinas o pixines (rapes en castellano) esperan su turno para asarse a la brasa en la parrilla de Abel. “Compramos el pescado en las rulas asturianas y la madera que utilizamos para la brasa suele ser de roble o encina, para los ahumados sobre todo cerezo” explica.
Durante más de una década Abel trabajó en el restaurante La Parrilla, en Ribadesella. Allí perfeccionó su técnica para la plancha y cuando él y Luisa abrieron Güeyu Mar en 2007 comenzaron con planchas. Sin embargo, Abel quería un cambio “la plancha ya nos aburría y en 2010/2011 empezamos con la parrilla” afirma. A partir de 2012 en Güeyu Mar ya solo se cocinaba en parrilla. “Al principio la gente era un poco reacia, culturalmente no entraba fácil, en Asturias gustaba la parrilla pero para carne, ahora nadie nos pide plancha” dice Abel.
Además de los pescados a la brasa mencionados anteriormente, que sirven en raciones muy generosas, su carta incluye ostras a la brasa con caviar, calamares fritos, pulpo, almejas o salpicón de bogavante entre otros. La carta de vinos está a la altura. Sus nuevas sardinas en conserva son una delicia y merecen mención aparte.
Según Abel, “ha sido de lo más difícil que he hecho. Es muy complicado transmitir la brasa y el humo para una conserva, tiene que haber un gran equilibrio entre lo que le quieres dar de sabor y el proceso de conserva… nos llevó un año de pruebas”. En un día como mucho se hacen 300 latas e intervienen 6 o 7 personas en el proceso así que la producción es muy limitada. “Es sardina con aceite, no hay más” dice Abel con orgullo. Incorporadas al menú, también están disponibles para comprar y merece la pena probarlas para disfrutar del ritual de su preparación y también llevarse varias latas. No encontrarás sardinas en conserva igual.
Si solo hay hueco para un postre, que sea la tarta de queso asturiano afuega’l pitu, es espectacular.
Playa de Vega, 84, 33560 Ribadesella, Asturias
Horario: viernes y sábado 13.45 – 15.15 y 20.45 – 22.00; domingo, lunes y jueves: 13.45 – 15.15; miércoles: cerrado (excepto festivos y en agosto, cuando el restaurante abre durante todo el día todos los días)
Precio: a partir de 50 euros
Texto y fotos: Mónica R. Goya