Nacho Núñez, Martín Marchese y Xavi Grau no pueden detenerse. Su amor por el mundo de la gastronomía se esparce a la velocidad de la luz, dejándonos alrededor de toda Barcelona locales indispensables a los que peregrinar en busca de los mejores manjares gastronómicos. Ahora se añade a la familia un nuevo integrante, Gula Bar. Podría decirse que es el hermano pequeño de Santa Gula, aunque a decir verdad, se parecen poco.
La decoración industrial, gamberra y desenfadada de Gula Bar ya nos adelanta que aquí no encontraremos nada similar. La carta nos lo confirma, mientras en Santa Gula encontramos platos equilibrados y perfectos para el medio día. En Gula Bar nos esperan tapas atrevidas con guiños a la cocina asiática, latinoamericana e incluso oriental.
La constante que se mantiene en todos sus proyectos, es la excelente cocina, la calidez en la atención y motivación de que el cliente siempre se marche satisfecho y habiendo pasado un buen momento. Para ello cuentan con una cocina totalmente abierta que brinda showcookings constantes a los que podemos asistir desde cualquier punto del local.
La pasión que comparten sus propietarios por viajar y conocer mundo se traslada a los platos, donde los sabores extranjeros están sorprendentemente integrados con productos locales. Muestra de ello son los mejillones de roca con escabeche de yuzu, el compañero perfecto a la hora del vermut o los puerros confitados con romesco de kimchi.
Aquellos que decidan optar por sabores más conocidos, siempre pueden recurrir a las deliciosas croquetas de bacalao a la llauna o la crema catalana de maíz con foie curado y avellanas tostadas. Quienes prefieran platos más contundentes, no pueden dejar pasar el bikini de rabo de toro al estilo vietnamita y el mollete de calamares a la andaluza con coco y siricha.
Además, en Gula Bar nunca se cansan de jugar con las texturas, quizás por que lo hacen mejor que nadie, como con el nigiri de aguacate en tempura, ventresca de atún a la brasa y ajo negro o el tartar de langostinos al ajillo con huevo de Calaf rebozado, con una yema suave por dentro, crocante por fuera y donde los langostinos imitan la suave textura de la clara.
A la hora del postre las opciones son muy diversas. Los nostálgicos no podrán evitar probar el polo ‘pantera rosa’ de chocolate blanco, rosas y frambuesas estofadas al vino. También cuentan con alternativas arriesgadas, como el maíz con maíz y maíz, que en realidad esconde mucho más que eso, pues es un helado de mantequilla salado, con espuma de maíz, quicos, ralladura de limón y chile en polvo, una combinación explosiva y perfecta. Los amantes del chocolate caerán rendidos con la mousse de chocolate y especias.
Gula Bar es diverso, para todos los públicos, pero sobre todas las cosas es para aquellos que disfrutan de reunirse a la mesa, descubrir sabores diferentes y pasar un buen momento.
Carrer del Dr. Rizal, 20, 08006 Barcelona.
Horario: todos los días de 13:00 a 16:00 hs y de 20:00 a 23:00hs.
Texto: Micaela Álvarez
Fotos: Aguasanta Robert