En el mundo del golosismo hay dos bandos. Aquellos que se inclinan por el mundo de la repostería y aquellos que se van directos a la recompensa veraniega por excelencia: el helado. Aquí ya la cosa empieza a desbordarse y empiezan a salir bandos por todas partes, entre gelatos, tarrinas de marca blanca, homenajes setenteros americanos de Vermont e incluso cuasi reclamos dietéticos en formato yogurt. Así que, aprovechando que estamos sudando la gota gorda, hoy vamos darles lo suyo a los que le dan duro al lameteo congelado premium con La Romana, el paraíso heladero que engaña. Sí, habéis leído bien. Que engaña maravillosamente, porque por fuera parece una heladería más, pero dentro su producto hace que destaque entre las demás del barrio, de los alrededores y de hecho, de toda la ciudad.
Lleva desde 2013 en Madrid situada en el Paseo de la Habana, 27 y en abril de este año se aventuró a abrir en plena calle San Bernardo, pero su origen data a 1947 en el centro histórico de Rimini. Los sabores que más venden son los de frutos secos (avellana, pistacho, almendra), la galleta de la abuela, sus diferentes variedades de chocolates (hay una que es puro y absoluto frosting hecho helado) y las frutas clásicas. Se suelen acabar a diario y ellos no tienen ningún problema en elaborar más al momento para volver a reponer alguna de sus más de sesenta variedades de helado. Todos los helados que ves disponibles son recién salidos de su obrador, nada se congela y nada se deja para el día siguiente. De hecho, su cremosidad está asegurada ya que están pensados para que se acaben en menos de tres horas. «Estamos orgullosos de seguir manteniendo las recetas tradicionales, desde nuestro nacimiento en 1947, adaptándonos a los tiempos actuales y mejorando cada día gracias a nuevos ingredientes y a la búsqueda constante por mejor la calidad del helado que servimos», cuentan desde La Romana.
¿Y qué diferencia a sus helados de los helados ‘al uso’ a los que estamos acostumbrados en España? «La leche entera ecológica, huevos, azúcar, nata y fruta fresca de temporada y sin colorantes. Es como cuando dices «este tomate sabe a tomate», pues lo mismo aquí: sus helados saben exactamente a lo que pone en la etiqueta. Ya sean de mascarpone, tiramisú, el básico y esencial (e igualmente fundamental) fiordilatte, melón, pulpa de pera y jengibre, pistacho… En serio, lo de estos helados es de otro planeta.
Y cuidado porque el capricho máximo se hace presente en su brioche relleno de helado. Operación bikini: quién te ha visto y quién te ve.
Paseo de la Habana, 27 / San Bernardo 96
Horario: de lunes a domingo de 12 a 23:30h.
Precio medio: 3€
Texto: Paula Móvil
Fotos: Antonio Miranda