Helen Levi no se imaginaba que pudiera avanzar y crecer tan rápido en algo como la cerámica, para ella era algo que hacía desde pequeña para sí misma, algo con lo que entretenerse y jugar mientras alternaba algunos trabajos de media jornada como camarera, asistente de foto o profesora de cerámica para niños y adultos principiantes.
Pero un día en el cóctel de una de las tiendas pop-up de Steven Alan, en Manhattan, todo cambió. Helen le envió fotos de sus creaciones y a partir de ahí, él le dio la confianza que le faltaba para dedicarse al asunto de lleno. Dejó sus otros trabajos y empezó a vender sus cerámicas en las tiendas de Steven.
Más tarde se trasladó a un nuevo estudio en Sunset Park y allí completó varias colecciones que tenía pendientes. Además varios establecimientos empezaron a interesarse por su trabajo lo que hizo que creara su primera vajilla para un restaurante de sushi y tiendas como Mociun le encargaran maravillas de porcelana.
Helen tiene un don y es que la arcilla acaba transformándose en todo lo que ella se imagina.
Fotos: Helen Levi
Texto: Alba Llamazares