Javier Sánchez Medina en La Taberna La Carmencita

“Todo nace a raíz de recuerdos, de contar de dónde vengo y de recuperar ciertos materiales característicos de mi tierra”. Javier Sánchez Medina, conocido como el artesano de las cabezas de esparto y espejos de mimbre que enamoró a Sarah Jessica Parker, contempla el caminar de los peatones que suben y bajan la calle donde se encuentra la Taberna La Carmencita, la segunda más antigua de Madrid. Un espacio que recupera ese aire de casa de comidas de toda la vida y que refleja muy bien el trabajo artesanal de nuestro protagonista. “Vengo de un mundo completamente distinto. Yo antes llevaba un gimnasio y estaba preparándome las oposiciones para bombero. Nunca he tenido a alguien que se dedicara a este oficio, pero tenía claro que quería formarme en algo que contase quién soy”. Así que aterrizó en Madrid, se formó con una restauradora que le enseñó el arte de la madera y ahí comenzó a investigar con las fibras naturales. Desde entonces, sus piezas son una obra de arte que han conquistado a importantísimas firmas de moda, hoteles y hasta el mismísimo Disney. Explica que aunque las cabezas y los espejos forman parte de su ADN, a él lo que le mueve son los nuevos retos. ¿Uno de los más importantes? La apertura de su nuevo taller en la calle Madera, 43. “Se trata de un tallercito en el que actualmente estamos trabajando que funcionará como escaparate de las piezas que creemos, así como de espacio para futuros cursos, exposiciones de otros artistas y, también, cenas”. Pero ojo porque aquí no acaba la cosa. Y es que tal es el furor que han causado sus diseños que hasta le han propuesto abrir tienda en la mismísima Gran Manzana. “De alguna manera me dan facilidades de entrar por la puerta grande y sería todo un sueño para mí”, asegura. Viendo su trayectoria, la conquista americana está asegurada.