Beber kombucha es el último must del momento. Esta bebida ha conquistado los paladares sedientos de todos los modernos de occidente y aunque nosotros la conozcamos en latas con diseños geométricos y envases reutilizables, la kombucha tiene un origen muy muy lejano. Su sabor característico y sus propiedades beneficiosas para nuestra salud son el motivo por el cual, después de miles de años, se siga consumiendo y produciendo en muchos países del mundo.
¿Qué es la kombucha?
Hablando en términos generales, la kombucha es una bebida fermentada, tradicionalmente elaborada con té endulzado, de un sabor ácido y complejo muy característico, más o menos dulce. Aunque no hace mucho que podemos encontrarla en nuestras neveras, es originaria de Asia, donde se consumía hace más de 2.000 años. El movimiento hippie adoptó la kombucha como bebida oficial y desde entonces empezó a popularizarse por occidente. El bichillo que hace que se produzca magia y un té con miel se convierta en una delicada bebida con algo de gas, acidez y mucha gracia, es el SCOBY (Symbiotic Colony Of Bacteria and Yeast). Esta capa de celulosa es donde viven las bacterias y levaduras que se alimentan de azúcar y generan el sabor y las burbujas que la distinguen.
Que se haya convertido en la panacea del mundo healthy tiene algo de postureo, pero también mucho de verdad, y esto tiene que ver con sus propiedades. Al tratarse de una bebida fermentada, la kombucha es un probiótico natural, es decir, bacterias y levaduras que enriquecen la flora y microbiota. Esto, sumado a todas las bondades del té y su bajo número de calorías, la convierte en el refresco saludable por antonomasia.
¿Puedo hacer kombucha en casa?
Lo único que necesitas para preparar kombucha en casa es hacerte con un SCOBY. Hay distintas maneras de conseguirlo: conocer a alguien que haga kombucha en casa y pedirle un SCOBY; adquirirla por internet o en tiendas especializadas.
Una vez lo tengas, el procedimiento es muy fácil y la única norma importante a seguir es ser muy exquisito con la limpieza: esteriliza los frascos y recipientes que vayas a usar, limpia con jabón las superficies donde trabajes y lávate las manos a conciencia. Con esto claro, ¡puedes empezar a preparar tu kombucha!
Para 2 litros de kombucha clásica:
- 1 SCOBY
- 2L de agua
- 4 bolsitas de té negro o verde de calidad. Te animamos a probar estas variedades de One More
- 4 cucharadas de azúcar
- 1 taza de kombucha vieja (el líquido donde viene el scoby)
Hierve una taza de agua y pon las 4 bolsas de té. Sácalas cuando pasen 5 minutos y diluye el azúcar en la taza.
En un recipiente ancho de más de dos litros vierte el té concentrado, un poco menos de dos litros de agua fría, el SCOBY y la taza de kombucha. Coloca una tela o paño en la boca de un recipiente sujetada con una goma. Esta tela dejará entrar oxígeno, pero será una barrera para otros agentes extraños.
Coloca el recipiente en un lugar apartado donde haga una temperatura media de 25ºC. A partir de aquí, tienes que probar la kombucha todos los días. Cuanto más calor haga, más rápido fermentará. A partir del segundo día empezarás a notar cambios significantes. La fermentación suele durar ente 5 y 7 días. Cuando esté ácida, pero todavía conserve algo de azúcar, normalmente a partir del tercero, puedes pasar el líquido a botellas herméticas y terminar la fermentación en la nevera. De esta forma, el C02 generado se quedará dentro de la botella y tu kombucha tendrá un toque gaseoso muy guay.
Al embotellar, puedes añadir otros sabores a tu kombucha. Fruta triturada, zumos, infusiones de hierbas…rellena con ¾ de kombucha y ¼ del ingrediente nuevo. De nada, te acabo de descubrir tu nuevo juguete favorito.
¿Y si se te queda muy grande lo de hacer kombucha en casa?
Aunque te lo hemos puesto muy fácil, hasta que te termines de convencer de que hacer kombucha casera es lo mejor en lo que le puedes regalar a tu body o hasta que encuentres un SCOBY, te dejamos algunos proyectos muy interesantes de producción de kombucha nacional que satisfarán tus necesidades básicas de este preciado elixir: Mucha Kombucha, LOV Kombucha, Komvida, Kombutxa.
Y es que, aunque sea moda, mainstream o postureo, la kombucha tiene algo que engancha. Igual es esa necesidad de compartir y crear comunidad, de intercambio de SCOBYs, recetas y trucos. El “a mí me funciona esto”, “yo he probado a mezclarla con tal, y queda increíble”. Regalar un SCOBY es casi un acto revolucionario: toma esto que he “criado”, ahora puedes tú empezar a crear vida.
Texto y fotos: Claudia Polo Barrachina