El restaurante Kyoto empezó siendo un templo del sushi y ahora ofrece principalmente comida japonesa, pero también comida coreana, ambas a precios razonables y calidad excelente
El restaurante Kyoto es uno de esos sitios en los que te sientes como en casa, a pesar de que a simple vista no tengan nada que ver con tu casa. Nada más entrar, los chefs sonríen amistosamente tras el mostrador. El restaurante Kyoto es muy popular entre japoneses y coreanos y es una delicia ver al personal dar explicaciones sobre el menú en distintos idiomas.
La decoración del local apuesta por el menos es más. Bancos corridos, sillas y mesas de madera suave que contrastan con el rojo de los cojines acolchados de los bancos y los cuadros de inspiración japonesa consiguen darle una ambientación acogedora.
El menú es muy extenso y es muy difícil elegir porque en las fotos que acompañan las descripciones de los platos todo tiene buena pinta. Para empezar, los dumplings de gambas son deliciosos (ebi gyoza). Asimismo, la kaiso salad, hecha con algas marinas y aliñada con salsa ponzu, es una explosión de sabor muy sorprendente.
El Ika kara age es muy similar a nuestros calamares fritos de toda la vida. Con un toque picante gracias al chile y con virutas de limón, su textura es deliciosa. Un plato que merece la pena probar cuando se va con hambre son los noodles con marisco. Sorprendentemente es fácil encontrar el marisco entre los noodles y todo está en el punto de cocción justo.
El sushi merece mención aparte. En Kyoto preparan un sushi exquisito, fresco y delicado y a un precio apto para todos los bolsillos. Lo mejor es pedir uno de los sets que incluyen sushi y maki o sashami. Los pescados más habituales suelen ser el atún, el salmón, el besugo y las gambas y langostinos. La sensación de recién hecho es indiscutible y el sabor delicioso.
Asimismo, la sopa picante es muy popular entre los clientes coreanos y las camareras la recomiendan. Los platos con carne también están muy ricos. El rice gyudon, arroz marinado con carne de ternera y huevo, presentado en un cuenco, es un plato suave lleno de sabor. El mejor plato de tempura es el que mezcla las gambas con las verduras (tempura moriwase). Acompañado con la indispensable salsa tentsuyu, se puede percibir la calidad del rebozado desde el primer mordisco.
En Kyoto el ambiente es muy familiar y el servicio muy atento. Esto unido al menú inabarcable hace que siempre salgas de allí con ganas de volver.
Kyoto
26 Romilly Street
W1D 5A, Londres
Precio: entre 25 y 40 euros (incluyendo entrantes y sake o cerveza)
Texto y fotos: Mónica R. Goya